Alemania: la Santa Sede (por fin) lanza una advertencia al Camino Sinodal

Fuente: FSSPX Actualidad

La noticia se dio a conocer este jueves 21 de julio de 2022: un texto publicado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede lanzó una advertencia a los miembros del Camino Sinodal alemán (Synodaler weg) y -al menos en el papel- puso fin al proceso independiente iniciado por la Iglesia de Alemania en 2019.

En el sitio web del Vaticano, el texto lleva el título "Declaración de la Santa Sede" y no está firmado. Consta de dos párrafos: el primero da la advertencia propiamente hablando, y el segundo establece la causa y la consecuencia que se deriva de ella.

El texto especifica la capacidad legal o legislativa del "Camino Sinodal": "Para salvaguardar la libertad del pueblo de Dios y el ejercicio del ministerio episcopal, parece necesario precisar que el 'Camino Sinodal' de Alemania no está autorizado a obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno y nuevas orientaciones doctrinales y morales".

Breve historia de los inicios del Camino Sinodal

Esta advertencia ya se había hecho en septiembre de 2019, en el comentario sobre el proyecto de los Estatutos del Camino Sinodal elaborado por el Consejo Pontificio para la Interpretación de Textos Legislativos, que acompañaba una carta del Cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, dirigida al cardenal Reinhard Marx.

La primera crítica del Consejo Pontificio se refería a los temas tratados en el Camino Sinodal -poder en la Iglesia, moral sexual, mujeres en los ministerios y cargos de la Iglesia: "Es evidente que estos temas no conciernen solamente a la Iglesia en Alemania, sino a la Iglesia universal, y que estos temas –con algunas excepciones– no pueden ser objeto de resoluciones y decisiones de una Iglesia particular".

La segunda crítica señalaba que "se desprende claramente de los artículos del proyecto de los Estatutos que la Conferencia Episcopal tiene la intención de convocar un concilio [plenario] particular de acuerdo con los cánones 439-446, pero sin usar este término", esto para evitar el procedimiento que debe seguirse, y en particular la sumisión de los decretos aprobados en la Curia romana.

El proyecto de los Estatutos, a petición expresa del Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK), incluía la mención de que las votaciones debían crear una obligación de aplicación para los obispos, condicionando a este punto la participación del Comité en el proceso. Este requisito se opone formalmente al derecho canónico, cuando se trata de un concilio plenario: los decretos aprobados deben ser presentados y validados por la Curia para que entren en vigor.

Finalmente, una tercera crítica señalaba que la composición de la Asamblea sinodal era contraria al derecho, ya que, desde el punto de vista numérico, el clero y los laicos estaban en condiciones de igualdad, lo que está prohibido por un canon sobre los concilios particulares.

La respuesta del cardenal Marx

El entonces presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania dio una respuesta mordaz al cardenal Ouellet, afirmando con sólido aplomo que el Camino Sinodal era un "proceso sui generis" que de ninguna manera debía interpretarse "a través del prisma de los instrumentos del derecho canónico", y sobre todo no como un concilio particular.

También justificó la presencia del ZdK a causa de la particularidad de la Iglesia de Alemania en la que los laicos tienen una fuerte participación, y la necesidad de cambiar los "factores de influencia institucionales" que permitieron los abusos.

En el sitio web del Camino Sinodal incluso se dio el lujo de explicar: "Un Sínodo [concilio] es un formato claramente definido por el Derecho Canónico, en el que todo está regulado, desde la definición de los temas hasta la composición de los participantes y sus competencias. Un sínodo requiere la aprobación de la Santa Sede, que a menudo solo otorga después de un procedimiento a más largo plazo. Esto ralentiza la velocidad necesaria para procesar las cuestiones que serán analizadas.

"En la situación actual, un enfoque sinodal sui generis abre un debate centrado en los desafíos actuales. Permite descubrir un 'horizonte ampliado' que abre nuevos espacios en los que emprender acciones innovadoras".

Cabe señalar que después de esta carta, el cardenal Marx se reunió con el Papa -entre bastidores de las reuniones del concilio de cardenales del que es miembro- y que el Camino Sinodal ya no fue perturbado a partir de entonces, hasta la reciente declaración.

Finalmente, la única corrección destacable realizada en los Estatutos del Camino Sinodal se refiere al "carácter vinculante de las decisiones" reivindicado por el ZdK: este pasaje fue suprimido. Los obispos alemanes sabían muy bien que tal requisito era contrario no solo al derecho canónico, sino también a la constitución divina de la Iglesia.

La causa y las consecuencias de la declaración jurídica

La razón dada para explicar el primer párrafo señala que "no sería lícito introducir en las diócesis, nuevas estructuras o doctrinas oficiales, antes de un acuerdo acordado a nivel de la Iglesia universal, lo que representaría una herida a la comunión eclesial y una amenaza a la unidad de la Iglesia".

Por lo tanto, es sobre el principio de la "comunión eclesial" y sobre el peligro para "la unidad de la Iglesia", que se basa la advertencia. Esto zanja la cuestión únicamente sobre la forma pero no sobre el fondo: las profundas desviaciones observadas en los debates y los textos acumulados por las Asambleas del Camino Sinodal.

También aquí hay un factor limitante, ya que la mayoría de estas desviaciones se encuentran en una serie de síntesis nacionales de la fase diocesana del Sínodo sobre la Sinodalidad, como se puede ver fácilmente en el caso de Bélgica, Francia o España.

El texto está respaldado por una cita de la Carta al Pueblo de Dios que Peregrina en Alemania, de Francisco, fechada en junio de 2019, y enviada a los obispos alemanes.

Finalmente, de esta crítica se extrae la consecuencia: "Es deseable, por tanto, que las propuestas del Camino de la Iglesia particular en Alemania se integren en el proceso sinodal en el que está comprometida la Iglesia universal, para contribuir al mutuo enriquecimiento y dar testimonio de la unidad por la que el Cuerpo de la Iglesia manifiesta su fidelidad a Cristo Señor".

Por lo tanto, la declaración exige ni más ni menos que la integración del Camino sinodal en el Sínodo sobre la Sinodalidad. Lo que supondría el cese de este proceso, al menos en la forma que tiene actualmente. En efecto, las síntesis elaboradas por los distintos países deben llegar a la secretaría del Sínodo antes de mediados de agosto. Eso sería un gran avance.

Sin embargo, habrá que tomar en cuenta dos factores: ¿cuál será la reacción alemana a este texto? Es poco probable que el Camino Sinodal capitule sin luchar.

Además, las salidas de la Iglesia en Alemania, que alcanzaron un número récord en 2021, se explican en gran medida por la decepción de quienes quisieran ver que las cosas avanzaran más rápido: la Iglesia debe reformarse para adoptar el funcionamiento democrático y el pensamiento del mundo. Es probable que la cifra de 2022 supere todos los pronósticos.

Ciertamente debemos regocijarnos de ver finalmente a Roma tomar el asunto en sus propias manos. Pero la falta de fuerza, en 2019, para exigir que los alemanes no se embarcaran en un camino que en esencia era revolucionario, corre el riesgo de pagar un alto precio para la Iglesia de Alemania y para la Iglesia en general.