En Belén, una Navidad como las de antes

Fuente: FSSPX Actualidad

La multitud reunida en la cueva

Los peregrinos de todo el mundo volvieron a acudir por miles a Belén, en Cisjordania, para celebrar la Navidad en total libertad desde el levantamiento de las restricciones sanitarias que se habían impuesto durante la epidemia de Covid-19.

La reanudación de las peregrinaciones navideñas le dio a la ciudad del nacimiento de Cristo un ambiente festivo a fines de 2022, cuando los fieles se reunieron por miles cerca de la iglesia de la Natividad para arrodillarse ante la estrella de plata que materializa el lugar exacto del nacimiento terrenal del Verbo Encarnado.

A pocos kilómetros de la Gruta de la Natividad, la puerta de hierro que separa Jerusalén de Belén se abrió al final de la mañana del 24 de diciembre de 2022 para dar paso al convoy oficial que se dirigía a la Plaza de la Natividad.

Al salir de su automóvil, Monseñor Pierbattista Pizzaballa, patriarca católico latino de Jerusalén, fue recibido primero por las autoridades religiosas y civiles, entre los vítores de los fieles, antes de presidir la tradicional procesión hacia el lugar de la Natividad.

Los scouts católicos palestinos se sumaron a la celebración, tocando la gaita al frente de una alegre procesión que se precipitaba por la famosa calle de la Estrella, la misma por la que Nuestra Señora y San José caminaron hace dos milenios: una procesión que no estábamos acostumbrados a ver desde hace dos años debido al Covid.

"La Navidad es la fiesta de nuestra ciudad y hemos dedicado mucho tiempo y esfuerzo a prepararla. Queríamos tener una participación internacional y organizar espectáculos infantiles con cantantes de Francia, Sudáfrica y Malta", declaró con orgullo la alcaldesa de Belén, Hanna Hanania.

Aunque su número no alcanzó los niveles previos a la pandemia, el regreso de los peregrinos ha levantado visiblemente la moral de los habitantes de Belén.

"El mensaje de Navidad es un mensaje de paz, y de que es posible cambiar las cosas", recordó el patriarca latino de Jerusalén, quien prometió ser "muy claro en lo que hay que decir o hacer, para preservar la importancia de la unidad y reconciliación entre todos", en alusión al tenso contexto entre el Estado judío y la Autoridad Palestina, del que los cristianos suelen ser los más afectados.

Sin embargo, aunque los peregrinos acudieron a la cita, el número de cristianos que viven en Belén va disminuyendo con los años: por falta de espacio, también por falta de terreno, muchas veces monopolizado por las colonias israelíes que rodean la ciudad natal de Cristo. Un drama que se desarrolla en una indiferencia casi general.