Bélgica: una solicitud para "desbautizarse" genera polémica

Fuente: FSSPX Actualidad

La Iglesia católica belga impugnó una decisión de la Autoridad de Protección de Datos que la quería obligar a borrar de sus registros el nombre de una persona que solicitó ser “desbautizada”. Una aberración con respecto a la teología católica y al derecho de la Iglesia. El asunto está ahora en manos de la Unión Europea (UE).

Todo empezó en la diócesis de Gante a finales de 2023: un católico que inició un proceso de “desbautismo” exigió que también su nombre sea borrado de los registros de la catolicidad, a lo que la Iglesia siempre se ha negado.

Siendo el bautismo un sacramento que imprime un carácter permanente en el alma de quien lo recibe, no puede en ningún caso “borrarse”. Para hacer frente a este tipo de solicitudes, la Iglesia generalmente menciona en los márgenes del acta bautismal lo que el derecho canónico define como una “apostasía formal de la fe”.

Ante la negativa de la diócesis de Gante a borrar su nombre del registro bautismal, la Autoridad Belga de Protección de Datos (APD) fue contactada y emitió su decisión el 19 de diciembre de 2023: esta última considera que la Iglesia tiene ciertamente el derecho de conservar los nombres de las personas bautizadas en la Iglesia, pero que “este interés no puede invocarse cuando la persona manifiesta expresamente su deseo de abandonar la Iglesia y eliminar sus datos de bautismo”.

Es decir, la actitud de la Iglesia constituiría, según la APD, una infracción del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) que regula el tratamiento de datos personales desde mayo de 2018 dentro de la Unión Europea (UE).

Según la APD, "desde el punto de vista de la protección de datos, el tratamiento vitalicio de los datos de una persona que ha pedido abandonar la Iglesia no puede justificarse si dicho tratamiento no es ni proporcional ni estrictamente necesario para los intereses (…) de la Iglesia”.

La diócesis de Gante decidió apelar la decisión: “queremos llegar hasta el final”, explicó el portavoz de la Conferencia Episcopal de Bélgica. El Padre Tommy Scholtès añadió que "no impugnará la decisión final" y afirmó estar "entristecido por el fenómeno del 'desbautismo'" que continúa asolando el país.

Aunque la Iglesia mantiene discreción respecto a las cifras, las solicitudes de “desbautismo” oscilan entre mil y dos mil por año entre 2019 y 2022, con un pico en 2021, año en el que se registraron cinco mil solicitudes.

El asunto está ahora en manos de la Unión Europea: los adversarios de la Iglesia pueden contar con el apoyo de la eurodiputada belga Kathleen Van Brempt, miembro del partido de izquierda Vooruit, que cree que "las normas de derecho de la Unión Europea deben aplicarse a todos – incluida la Iglesia”.

En Francia, mediante una decisión adoptada el viernes 2 de febrero de 2024, el Consejo de Estado rechazó la solicitud de una persona que pedía a la diócesis de Angers eliminar su nombre del registro bautismal: por lo tanto, la Iglesia católica todavía puede negarse a eliminar el registro de los bautismos en Francia.