El C9 aborda la cuestión de las mujeres en la Iglesia

Fuente: FSSPX Actualidad

La reunión del C9 del 5 de febrero de 2024

Fruto de las diferencias durante la reunión del Sínodo sobre la Sinodalidad del pasado otoño, la cuestión del lugar que deben tener las mujeres en la vida de la Iglesia formó parte de la agenda de la reunión de un C9 singularmente ampliado para la ocasión.

Publicada el 5 de febrero de 2024, la foto de la sesión del “C9” ha dejado perplejo a más de un prelado, y con razón, porque no es común ver a mujeres participando en una de las reuniones del Consejo de los nueve cardenales que deben ayudar al Papa Francisco en particular en el gobierno de la Iglesia. Menos aún cuando una de los participantes resultó ser una “obispa” anglicana.

El director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, confirmó la presencia de la reverenda Jo Bailey Wells, secretaria general adjunta de la Comunión Anglicana, de la Hermana Linda Pocher, religiosa salesiana que enseña cristología y mariología en la Universidad Pontificia Auxilium, y de Giulia Di Berardino, “virgen consagrada” que ejerce el oficio de “liturgista” en la diócesis de Verona (Italia).

Jo Bailey Wells fue una de las primeras mujeres en ser ordenada en la Iglesia de Inglaterra y se destaca por haber firmado contribuciones académicas que promueven la ideología de género. Su presencia en torno a los altos prelados del C9 no dejó de crear cierto asombro –por no decir malestar– en los pasillos del Vaticano.

Por su parte, la Hermana Linda Pocher concedió una entrevista a la agencia de información religiosa Vida Nueva el 13 de diciembre de 2023, en la que denunció supuestas “formas más o menos agresivas de machismo y clericalismo” dentro de la Iglesia. ¡Todo un programa!...

La Sala de Prensa de la Santa Sede no ha publicado información sobre el contenido de los debates del C9 ampliado de esta forma tan singular, pero la reunión de los días 5 y 6 de febrero se produjo después de la primera asamblea del Sínodo sobre la Sinodalidad celebrada en octubre pasado, durante la cual surgieron divisiones sobre la posibilidad de establecer un “diaconado” femenino.

La secretaría del Sínodo exhortó entonces a las comunidades cristianas a “escuchar la dimensión femenina de la Iglesia para que puedan reflexionar y tomar decisiones con el fin de beneficiarse de la contribución irremplazable de las mujeres”.

La reunión invernal del C9 dedicada a este tema puede interpretarse como una estrategia para sortear los obstáculos encontrados en el Sínodo por parte de los miembros más conservadores y reacios a modificar la Constitución divina de la Iglesia.

Tampoco se ha filtrado nada sobre el ambiente de la reunión, pero es probable que haya sido más invernal que las temperaturas bastante suaves de principios de febrero en la Ciudad Eterna: entre los cardenales se encontraba, en particular, Fridolin Ambongo.

Arzobispo de la diócesis de Kinshasa y presidente del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar, ha ocupado los titulares de las últimas noticias al oponerse claramente a la declaración Fiducia Supplicans que permite las “bendiciones no rituales” a parejas “divorciadas que se han vuelto a casar” o del mismo sexo.

En cuanto al diaconado femenino, el Papa Francisco no parece estar dispuesto a llevarlo a cabo – lo que iría en contra de la Constitución de la Iglesia – pero, por otro lado, es muy probable que conceda la homilía a los laicos, y, por tanto, a las mujeres, así como una bendición de las “diaconisas”. Así, habrá un diaconado femenino, capaz de hacer todo lo que hace un diácono, pero sin el orden.

Esto no será suficiente para los más acérrimos, pero bastará para sembrar la más completa confusión en la cabeza de los fieles y dispersar un poco más a las ovejas.