Estados Unidos: la misa tradicional a la conquista del Capitolio

Fuente: FSSPX Actualidad

Un año después de la publicación de un controvertido informe del FBI que señalaba una supuesta radicalización de los católicos tradicionalistas en Estados Unidos, se celebró la misa de San Pío V en el Capitolio. Una ceremonia organizada con el apoyo del flamante presidente de la Cámara de Representantes. Una primicia en la historia reciente del país.

Sala H-137 del Capitolio: un lugar insólito para una capilla, sin embargo, es en esta sala del Capitolio –en el corazón nuclear del poder legislativo estadounidense– donde una cincuentena de funcionarios se reunieron para asistir, el 23 de enero de 2024, a una misa celebrada en el rito tradicional. 

Inicialmente prevista para celebrarse en el comedor de la presidencia de la Cámara de Representantes, la ceremonia tuvo que trasladarse en el último momento a una sala más grande, dado el número de asistentes. 

Una celebración todo menos anodina, que se produce un año después de la publicación de un informe realizado por la sección de la Policía Federal de Estados Unidos (FBI) en Richmond, Virginia, porque a las fuerzas de seguridad les preocupaba la colusión entre “católicos tradicionalistas” y “supremacistas de extrema derecha”, una fantasía nacida tras el asalto al Capitolio en la Epifanía de 2022.

Los agentes federales también señalaron, de manera un tanto confusa, una supuesta “hostilidad creciente hacia los defensores del derecho al aborto en las redes sociales”, así como una “ideología antisemita, antiinmigrante y anti-LGBTQ” por parte de los fieles apegados a la Misa de siempre. Todos estos clichés han sido transmitidos por la prensa progresista.

El informe del FBI provocó una protesta mediática: los dos obispos del estado de Virginia – monseñor Barry Knestout, de Richmond, y monseñor Michael Burbidge, de Arlington – levantaron la voz para denunciar una “amenaza contra la libertad religiosa”, así como una veintena de fiscales generales, lo que llevó a un freno cuidadoso de las acciones de la policía federal.

Un año después, y desde las elecciones intermedias, un presidente cristiano conservador fue elegido por sus pares para presidir los debates de la Cámara de Representantes: se trata de Mike Johnson, partidario de Donald Trump, quien permitió que se llevara a cabo la celebración del 23 de enero.

En efecto, el presidente de la Cámara declaró no estar convencido de los intentos de explicación del FBI, al que acusa de "discriminación" en materia de libertad de conciencia.

Por tal motivo, “tuve la idea de conmemorar el primer aniversario del informe del FBI mostrando que la mayoría de la Cámara de Representantes apoya a los católicos apegados a la Tradición: y qué mejor manera que hacerlo que con una misa tradicional”, explicó Ryan Ellis, el organizador de la ceremonia.

Al ser interrogada por los medios de comunicación sobre esta celebración, la arquidiócesis de Washington D.C. – cuyo pastor es el cardenal Wilton Gregory, bien posicionado en la línea del actual pontificado – indicó que no se le había pedido ningún permiso sobre este tema, recordando que solo tres iglesias en la diócesis están autorizadas para celebrar la misa tradicional, según las restricciones del motu proprio Traditionis Custodes.

“La misa no pertenece al cardenal Gregory, ni a nadie más, pertenece al pueblo de Dios y a la Iglesia, no necesita ser regulada”, respondió Ryan Ellis con una sonrisa cómplice, confirmando que no se había tomado la molestia de consultar al arzobispo, pues ya conocía su respuesta…