La Santa Sede intenta tranquilizar los rumores sobre la salud del Papa

Fuente: FSSPX Actualidad

El director del policlínico Gemelli habló públicamente sobre la salud del Papa en lo que parece ser una serie de comunicaciones organizada por la Santa Sede para acallar los persistentes rumores sobre el deterioro del estado de salud del Romano Pontífice, ya que este último mostró signos evidentes de cansancio durante la celebración del Domingo de Ramos el 24 de marzo de 2024.

El médico de un Papa en función que habla de la salud de su paciente en las columnas de un importante diario italiano tiene algo de surrealista. En efecto, el 25 de marzo de 2024, el doctor Sergio Alfieri – que tuvo el honor de operar al Papa Francisco dos veces en los últimos tres años, en julio de 2021 y junio de 2023 – habló en el Corriere della Sera.

El médico explicó que el Papa "se encuentra bien dada su edad y sus dificultades respiratorias episódicas durante los períodos más fríos, teniendo en cuenta también una operación de pulmón realizada hace muchos años".

El Papa no padece ninguna enfermedad grave y es controlado periódicamente, este es el mensaje que transmitió el médico que también dirige el hospital Gemelli, en el que los pontífices romanos están acostumbrados a recibir cuidados, el más importante desde el atentado contra Juan Pablo II en mayo de 1981: "No veo al Santo Padre todos los días, pero puedo asegurarles que no padece ninguna enfermedad particular y que se beneficia de 'una observación regular', afirmó Sergio Alfieri.

Una entrevista que no podría haberse realizado sin la aprobación –o incluso la iniciativa– de la Casa Santa Marta. Porque desde el 24 de marzo, en los pasillos del palacio apostólico, se escuchan cada vez más claramente los rumores de dimisión, o al menos de incapacidad del pontífice reinante: durante la misa del Domingo de Ramos, el soberano pontífice permaneció extrañamente en silencio durante la homilía, dando rienda suelta a la especulación.

Hasta el punto de que -probablemente- se le pidió al Padre Enzo Fortunato, portavoz de la Basílica de San Pedro, como fiel guardián del Templo, que hiciera un comentario ad usum Delphini en las columnas del Vatican Insider: "Frente al relato de la Pasión de Jesús, ante las cruces del mundo, ante el recogimiento de miles de peregrinos de todo el mundo, el Papa probablemente prefirió un silencio elocuente, más incisivo, en mi opinión, que muchas palabras”, afirmó el sacerdote.

Para el cirujano que operó al Santo Padre, el silencio papal del Domingo de Ramos debe situarse en el contexto de las inmensas responsabilidades del sucesor de Pedro: “Es un hombre que ejerce las responsabilidades de jefe de Estado en el Vaticano; cuando aparece en su ventana, se dirige a más de mil millones y medio de católicos, lo que no ocurre con todas las personas de su edad..."

Y para adelantarse al rumor que corre en Roma sobre una posible incapacidad del pontífice argentino para ejercer su cargo, Sergio Alfieri insistió: “El Santo Padre tiene las capacidades intelectuales de un hombre de sesenta años. (…) sin embargo, experimenta los dolores de una persona de ochenta y siete años, edad en la que generalmente uno se queda en casa frente al televisor…”

La actual comunicación del Vaticano sobre la salud del Papa debe compararse con la autobiografía que acaba de publicar el actual inquilino de Santa Marta: aborda las recurrentes especulaciones sobre los problemas médicos que podrían comprometer el final de su pontificado y, en particular, su gran reforma de la sinodalidad en la Iglesia – Francisco insiste en que no sufre ningún problema que requiera una renuncia por su parte.

Lo cierto es que el Papa Francisco renunció a ir al Coliseo la tarde del Viernes Santo para el Vía Crucis, a pesar de que él mismo había escrito las meditaciones, por primera vez en su pontificado. La razón oficial fue para "preservar su salud para el día de Pascua".