Nagorno-Karabaj: un vasto desierto cristiano

Fuente: FSSPX Actualidad

Iglesia de San Nerses el Grande, Nagorno-Karabaj

Mientras las tropas de interposición rusas han iniciado su retirada de Nagorno-Karabaj (hoy provincia azerí), Armenia acusa a Azerbaiyán de haber llevado a cabo una gran operación de limpieza étnica que tuvo como resultado la desaparición de cristianos del enclave. Todo en el silencio total de una comunidad internacional centrada en la guerra en Ucrania y Oriente Medio.

En este enclave montañoso de 4,400 km2 situado en el sur del Cáucaso, la presencia cristiana pertenece a la historia antigua desde abril de 2024, fusionándose con la de Armenia, la primera nación que se volvió oficialmente cristiana en el año 301 d.C.

El 22 de abril, ante los magistrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, Yegishe Kirakosyan –representante de Armenia para las cuestiones jurídicas internacionales– acusó a Azerbaiyán de haber llevado a cabo una limpieza étnica que comenzó desde hace varios años en Nagorno-Karabaj, mientras aseguraba querer buscar la paz con la región. 

"Después de años de amenazar con hacerlo, Azerbaiyán ha completado la limpieza étnica de la región borrando sistemáticamente todo rastro de la presencia de personas de etnia armenia, incluido el patrimonio cultural y religioso armenio", lamentó Yegishe Kirakosyan.

Al mismo tiempo, en las redes sociales azerbaiyanas circulan videos e imágenes de columnas de vehículos blindados rusos que abandonan el enclave reconquistado de manos de los armenios a finales de 2021: en efecto, Moscú ha confirmado la retirada de 1,960 hombres desplegados en noviembre de ese año, con el fin de “proteger” a los armenios todavía presentes en el enclave.

Con el paso de los meses, todos huyeron por temor a las represalias de los musulmanes azeríes, y la presencia rusa estaba menos justificada en la región. La salida del contingente ruso no sorprende menos a los observadores, dado que esta parte de Transcaucasia es de primordial interés estratégico y económico para Moscú.

“Por supuesto, todos nos preguntamos si Rusia recibió algo a cambio de parte de Alíyev [el presidente de Azerbaiyán, NDLR]. Algunos hablan de un acuerdo secreto”, explica Anahide Pilibossian, del Applied Policy Research Institute of Armenia.

Por su parte, Vladimir Putin considera que es también una forma de "castigar" al presidente armenio, porque al oso ruso no le gustó el giro pro-occidental de Nikol Pahinian y su apoyo a Ucrania en la guerra.

De cualquier modo, una cosa es segura: el régimen de Bakú está trabajando para borrar todo rastro del cristianismo de Nagorno-Karabaj, y de varias maneras. Ya sea destruyendo iglesias o desfigurándolas: y reescribiendo la historia, afirmando que los templos cristianos son en realidad monumentos robados a los albaneses presentes antes que los armenios.

Una verdadera negación de la realidad que no causó ningún efecto en la Unión Europea, que se apresuró a llorar con Armenia, mientras sigue forjando vínculos comerciales con Azerbaiyán. Nagorno-Karabaj no es Ucrania, y los valores humanistas de los “Estados de derecho” tienen la apariencia de veletas impulsadas por el viento.

Durante el Ángelus del 15 de octubre de 2023, el soberano pontífice expresó su preocupación por la protección del patrimonio espiritual y arquitectónico del enclave montañoso de Nagorno-Karabaj: “Espero que los monasterios sean respetados y protegidos como parte de la cultura local”, declaró el Papa Francisco.

Una petición que no habrá tenido mucho efecto: seis meses después, los campanarios han caído en Nagorno-Karabaj, solo quedan en pie las cruces de las tumbas. Pero, ¿por cuánto tiempo más?