Normas anti-abusos: el desconcierto de los obispos estadounidenses

Fuente: FSSPX Actualidad

Cardenal Daniel DiNardo (al centro).

El 12 de noviembre de 2018, el reporte exigido in extremis por la Santa Sede sobre la votación de las nuevas medidas propuestas por la Conferencia Episcopal de Estados Unidos para luchar contra los abusos a menores generó gran controversia entre los prelados estadounidenses.

El Cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia Episcopal, declaró sentirse "decepcionado por la decisión" romana, la cual le fue notificada mediante una carta del Cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, enviada al nuncio apostólico, Monseñor Christophe Pierre.

Al día siguiente, 13 de noviembre, Monseñor Dario Viganò, ex nuncio apostólico de Estados Unidos (conocido por haber desatado la polémica sobre el tema del manejo de los abusos a menores por parte del Vaticano en Estados Unidos), envió una carta al episcopado estadounidense donde los exhorta a "no tener miedo de levantarse y hacer lo correcto para las víctimas de abusos, para los fieles y su propia salvación".

Según Vatican Insider, los documentos enviados "hace tan sólo algunos días", a Roma por el episcopado estadounidense son tres. Además de la falta de tiempo para estudiarlos minuciosamente a fin de aprobarlos, ciertas "perplejidades en dos de los tres textos", han propiciado la intervención de la Santa Sede, lo cual justifica la petición romana de aplazar su aprobación.

Entre otros problemas, en el proyecto presentado al Vaticano, la comisión civil independiente encargada de juzgar los abusos, podría ejercer un poder judicial sobre los obispos, en detrimento del derecho de la Iglesia. Esto último fue una de las causas que motivaron la intervención de la Santa Sede.

Durante el discurso impartido por el nuncio apostólico al inicio de la asamblea de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, el representante del papa alertó a los obispos citando al escritor Georges Bernanos en su libro Diario de un Cura Rural: "quien pretenda reformar la Iglesia a través de estos medios, los mismos utilizados para reformar una sociedad temporal, no solamente fracasará en su empresa, sino que terminará por encontrarse infaliblemente fuera de la Iglesia misma."