Pascua de 1949 – primer discurso televisado del Papa Pío XII

Fuente: FSSPX Actualidad

El domingo 17 de abril de 1949, fiesta de Pascua, Pío XII dirigió un mensaje a los franceses desde el Vaticano, en un discurso retransmitido por primera vez por la televisión francesa.

"Haec dies quam fecit Dominus: exultemus et laetemur in ea: Este es el día que el Señor ha hecho, regocijémonos con alegría" (Sal. 117, 24).

Cualesquiera que sean los recuerdos de los dolores pasados, de los sufrimientos presentes, de las amenazas para el futuro, cada año la fiesta pascual viene a recordar a quienes lloran, a quienes tiemblan, que Cristo, muerto y sepultado, ha resucitado triunfante. Además, es un día en el que los cristianos intercambian, en fe y esperanza, sus votos y sus felicitaciones pascuales.

¡Qué satisfacción para nuestro corazón paternal poder intercambiarlos con ustedes, queridos hijos e hijas de toda la tierra, en la intimidad de una comunicación, que no se nos había dado para disfrutar antes! (...) 

Se ha dicho al mundo que la religión está en declive, pero con esta nueva maravilla (la televisión) el mundo verá los grandes triunfos de la Eucaristía y de María.

Se ha dicho que el Papado estaba muerto o moribundo, y verán a las multitudes saliendo de todos lados de la inmensa Plaza de San Pedro para recibir la bendición del Papa y escuchar su palabra.

¡Se ha dicho que la Iglesia ya no cuenta, y la verá, perseguida o gloriosa, pero en todas partes viva!

Se ha dicho que encontrará ayuda, bondad y devoción solo a través de una filantropía que ni la fe ni la caridad divina inspiran y animan, y verá a los discípulos de Cristo dedicar sus vidas, hasta la muerte, al servicio de los enfermos, ancianos, prisioneros, leprosos, en todos los climas, donde el cuerpo sufre, donde el corazón gime, donde el alma está en peligro.

Entonces el mundo desengañado levantará los ojos, contemplará extasiado la luz que brilla sobre él desde el frente materno de la Iglesia y dará gloria a Dios.

Que nuestra voz, amados hijos e hijas, llegue una vez más a vuestros oídos, que, al mismo tiempo, por primera vez, nuestra mirada y la vuestra se encuentren en el intercambio de un afecto paternal y filial, mientras que, en esta solemnidad de Pascua, dirigimos a cada uno de vosotros nuestros deseos de santa alegría, a los que sufren nuestros deseos de serenidad y paz cristianas, a todos, con la expresión de nuestro gran amor, nuestra Bendición Apostólica.

Ver el video en francés de la alocución