Roma: el Papa celebra a los “mártires” ortodoxos

Fuente: FSSPX Actualidad

El Papa Francisco y Teodoro II

Las "reliquias" de 21 "mártires coptos" fueron veneradas en la basílica de San Pedro, el jueves 15 de febrero de 2024, por el cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, durante una oración ecuménica.

Algunos recordatorios

La Iglesia copta, presente principalmente en Egipto, está separada de Roma: los coptos rechazaron el IV Concilio Ecuménico de Calcedonia celebrado en el año 451 y, por tanto, son herejes. Existe una pequeña minoría copto-católica que se unió a la Iglesia en 1824.

A raíz del Concilio Vaticano II y del ecumenismo a diestra y siniestra, el Papa Pablo VI se reunió con el patriarca copto-ortodoxo Shenouda III en 1973, y el propio Francisco se reunió con el Patriarca Teodoro II, sucesor de Shenouda III, en 2013.

Juan Pablo II lanzó la idea del "ecumenismo de sangre" o de los mártires, en su carta apostólica Tertio Millenio adveniente del 10 de noviembre de 1994. A raíz de ello, se propuso un martirologio ecuménico o universal, realizado posteriormente, pero sin la aprobación oficial de la jerarquía católica.

Los "mártires coptos" de Libia

El 15 de febrero de 2015, un grupo de 21 cristianos, entre ellos 20 egipcios pertenecientes a la comunidad copto-ortodoxa, y un católico ghanés, fueron ejecutados en una playa de Sirte (Libia), por miembros de las milicias del Estado Islámico en Libia. El video de la masacre fue difundido por los canales de propaganda del grupo terrorista.

Los 20 coptos fueron inscritos, el 21 de febrero de 2015, en el catálogo de los santos coptos, con el rango de mártires, por el primado de la Iglesia copta ortodoxa, Teodoro II. Y el 11 de mayo de 2023, el Papa Francisco anunció que los 21 mártires –egipcios y ghaneses– serían inscritos en el martirologio romano, el martirologio de la Iglesia católica. Lo cual es el equivalente a una canonización.

El 15 de febrero pasado, se exhibieron en la capilla del coro de la Basílica de San Pedro las “reliquias” de estos mártires, entregadas al Papa por el patriarca copto-ortodoxo, y se pronunció una oración ecuménica. En la filmoteca del Vaticano se proyectó un documental producido en el pueblo natal de los “mártires” bajo el patrocinio del patriarca de la Iglesia copto-ortodoxa.

El Papa no tiene el poder de incluir en el martirologio a mártires de otra fe

Esta inscripción y esta veneración plantean un problema grave, ya resuelto: independientemente del “martirio” de un fiel de una Iglesia no católica, el Papa no tiene el poder de inscribirlo en el martirologio, ni proponer la veneración, ni declararlo santo ante la Iglesia.

La cuestión es abordada magistralmente por Prosper Lambertini, futuro Benedicto XIV, Papa de 1740 a 1758, en su monumental obra De servorum Dei beatificatione et de beatorum canonizatione, (Sobre la beatificación de los siervos de Dios y la canonización de los bienaventurados).

El célebre autor se pregunta concretamente si puede haber mártires fuera de la Iglesia católica, considerando la muerte que sufren por su fe los no católicos. Su respuesta es sencilla y luminosa: sí, puede haber mártires fuera de la Iglesia, siempre que hayan muerto confesando la doctrina católica. Pero no es posible saber si estas personas murieron confesando la verdad católica o una creencia herética. Solo Dios lo sabe.

Por eso pueden ser mártires ante Dios que lee las conciencias – y recibirán la recompensa del martirio en el Cielo – pero no pueden ser mártires ante la Iglesia. En otras palabras, no pueden ser venerados como mártires ni celebrados como tales en la Iglesia. Parece que Benedicto XIV está hoy muy olvidado en el Vaticano.