Suiza: un fresco para la bóveda de la iglesia de Oberriet

Fuente: FSSPX Actualidad

En estos tiempos de desafectación o destrucción de iglesias, o pérdida de la belleza en el servicio de la liturgia, la Tradición pone las artes al servicio de Dios: arquitectura, escultura, pintura, paraméntica -arte de confeccionar ornamentos. A principios de marzo se completó el fresco que ahora adorna la bóveda de la iglesia construida por la Fraternidad San Pío X en 2007.

El miércoles 1 de marzo, justo a tiempo para el inicio del mes de San José, se completó la pintura que ahora adorna la bóveda del santuario de la iglesia de San Carlos Borromero, en Oberriet. Esta es la obra más grande que el Sr. Christof Häfliger ha realizado hasta ahora para la Fraternidad.

En el centro, Cristo está entronizado como Pantocrátor, el soberano del mundo. Los antiguos modelos del Rex gloriae, rey de la gloria, representado entonces en medio de los símbolos de los cuatro evangelistas, a menudo caracterizaban a Cristo con una cierta austeridad: faltaba algo para animar el alma y expresar la divina dignidad y humanidad del Redentor en su rostro.

La literatura especializada enumera a los pintores que han logrado lo anterior de manera ejemplar, como Giotto, Rafael, Miguel Ángel o incluso Durero. Christof Häfliger también parece haber triunfado en este desafío.

El Cristo del fresco de Oberriet está representado sentado en un trono, rodeado de una nube de ángeles ligeramente sugerida, con los pies apoyados en un escabel llevado por un ángel. El trono se eleva sobre un arco iris, signo de la alianza de Dios con Noé y de la promesa de no volver a infligir sobre la humanidad un castigo tan terrible como el diluvio.

Como para cumplir esta palabra de Dios en el Antiguo Testamento, Cristo levanta una mano para bendecir, mientras la otra sostiene un libro con las palabras "Ego sum via, veritas et vita" - Yo soy el camino, la verdad y la vida, indicando el papel dual del Salvador que bendice y enseña. Las letras griegas "o wn", que significan "El que es", están inscritas en su nimbo.

El Pantocrátor se sitúa en un contexto iconográfico: en el centro está Cristo como Cabeza de la Iglesia, a su derecha María como Madre del Cuerpo Místico, y a su izquierda San José como Protector de la Iglesia.

Para ilustrar el título de la Virgen, se la representa con un manto protector que cubre a toda la cristiandad. Los que no se colocan bajo la protección de María naufragan y las olas, mezcladas con los colmillos de un monstruo marino, el diablo, están a punto de engullirlos. Los hijos sufrientes de María, las almas del purgatorio, también están representados en un medallón separado.

Por otro lado, San José lleva a la sagrada familia al exilio en Egipto para escapar de la furia de Herodes. Así como salvó al Niño Jesús, San José será el protector del Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia. Se sugiere discretamente la escena del terrible infanticidio cometido por el tirano.

La pintura termina en la parte inferior con una filacteria que lleva la inscripción: "Credo in unam, sanctam, catholicam et apostolicam Ecclesiam". Este es el programa de las pinturas que quedan por hacer y que estarán alrededor del altar.

Padre David Köchli