Alemania: quien vota en contra de la fe no puede ser tomado en serio

Mayo 27, 2023
Origen: fsspx.news
Sello de “salida de la iglesia”

El portal austriaco Kath.net, ampliamente difundido en Alemania, utilizó el pretexto de una "salida de la Iglesia" para examinar el futuro próximo del catolicismo en Alemania a la luz de las consecuencias del reciente Camino Sinodal. Un análisis interesante y contundente.

Las salidas de la Iglesia en Alemania

La "salida de la Iglesia" de una sola persona, es decir, la negativa a pagar el impuesto eclesiástico y sus consecuencias, no es algo que ocupe los encabezados. Recientemente, un caso generó gran revuelo, el de Lukas Färber, de Action 72 Hours de la Asociación Alemana de Jóvenes Católicos en Münster.

Lukas Färber también participó en la campaña Out in the Church [que promueve la "salida del clóset" de los miembros y empleados de la Iglesia]. También forma parte del grupo de participantes menores de 30 años seleccionados por la Asociación Alemana de Jóvenes Católicos para el Camino Sinodal.

En un hilo en Twitter, Färber explicó los motivos de su partida. También señaló que desea seguir siendo miembro de dos asociaciones juveniles católicas, lo que es imposible en circunstancias normales. Además, seguirá siendo ponente de Action 72 heures.

¿Qué dice el episcopado respecto a las salidas de la Iglesia?

En su sitio web, la Conferencia Episcopal de Alemania (DBK), en el Decreto General de la Conferencia Episcopal de Alemania sobre las Salidas de la Iglesia (20 de septiembre de 2012), dice que "la salida civil de la Iglesia (...) representa una ofensa grave a la comunidad eclesial y limita la participación activa en la vida eclesial de toda persona que se aleje de este modo de la Iglesia".

El decreto especifica: "La declaración de salida de la Iglesia conlleva las siguientes consecuencias jurídicas: 1. la persona que deja la Iglesia […] no puede ejercer ningún cargo eclesiástico ni ninguna función en la Iglesia".

Aún queda por ver si la declaración de Färber de mantener sus cargos se hará realidad. Incluso bajo la Ordenanza Reformada sobre el Empleo en la Iglesia [del Camino sinodal], dejar la Iglesia todavía sigue siendo considerado un motivo de despido.

Finalmente, Färber escribe que ya no comparte la fe de la Iglesia: "Mi compromiso me ha mostrado que mi concepción del cristiano, de la fe y de la Iglesia tiene poco que ver con lo que enseña la Iglesia oficial". Su mantenimiento en tales condiciones planteará dudas sobre el impuesto eclesiástico.

El uso actual del impuesto eclesiástico

Un gran número de católicos tienen problemas con este impuesto. Muchos proyectos difícilmente asociables con la fe de la Iglesia, como el Camino Sinodal, se financian gracias a este impuesto. El derecho canónico obliga a los creyentes a sostener adecuadamente a la Iglesia. Pero, ¿qué sucede cuando estos fondos de apoyo se destinan en gran medida a proyectos hostiles a la Iglesia y la fe?

Además del impuesto eclesiástico, este caso muestra otro de los resultados esperados del Camino Sinodal. Las decepciones que llevaron a Färber a dejar la Iglesia pronto conducirían a muchas más renuncias, como era fácil de predecir.

Las decepciones de los reformadores son comprensibles: durante mucho tiempo, obispos y sacerdotes irresponsables los han fomentado o tolerado. En el Camino Sinodal, los obispos han levantado la mano a favor de las herejías y ahora están cosechando los frutos de las decepciones, porque han mentido y engañado con su aprobación.

Entonces, ¿quién puede tomar en serio a un obispo que vota a favor de la presencia de mujeres en todos los ministerios? Se trata de un acto engañoso que ahora regresa con razón en forma de renuncias desilusionadas y llenas de enojo.

Por razones de justicia, y no de fe, por el momento, solo podemos tomar nota de cada una de estas renuncias desilusionadas y achacarlas a los obispos que votaron "sí" a todo el desastre. No olvidemos enviar una oración al cielo por los que ya no están. A final de cuentas, fueron engañados en la misma medida que los fieles que continúan pagando el desastre.