
El sábado 12 de marzo tuvo lugar la tercera jornada de la 5ta Asamblea del Camino Sinodal Alemán. Era el último día de este Camino sinodal, iniciado en 2019, y aún quedaban textos seriamente desviados por aprobar.
El texto del IV Foro sobre la cuestión de género
El documento titulado "Gestionando la diversidad de género" fue aprobado por más del 95% de los votos. Entre los obispos, 7 votaron en contra y 13 se abstuvieron, de un total de 58, recordando que un texto lo aprueban las dos terceras partes de la Asamblea, por un lado, y los obispos, por otro. Si los abstencionistas hubieran votado en contra, el texto habría sido rechazado.
Este "texto de acción" hace una serie de solicitudes de las cuales las siguientes son las más características.
1. Para las personas intersexuales, "omisión de la mención del sexo en el registro de bautismo, o la inscripción 'distinto'. Un cambio de sexo debe poder hacerse sin complicaciones".
2. "Los fieles transgénero también tendrán la opción de cambiar su estado civil (mención de sexo y nombre) en el registro de bautismo. Las normas deben establecerse en el derecho administrativo eclesiástico".
3. "Si bien a los creyentes transgénero o intersexuales se les niega el sacramento del matrimonio, las ceremonias de bendición de parejas homosexuales están abiertas para ellos".
6. "Las personas con identidad intersexual o transgénero no deben ser excluidas del servicio pastoral, de empleos de tiempo completo o de las actividades de voluntariado debido a su identidad de género. La identidad sexual no es motivo para negar un empleo ni para el despido según el reglamento del servicio eclesiástico para las relaciones laborales en la Iglesia".
7. "Las comunidades eclesiales consideran si, y en caso afirmativo, bajo qué condiciones las personas intersexuales o transexuales pueden tener igual acceso o permanecer en un instituto de vida consagrada o una sociedad de vida apostólica".
Además, es necesario un estudio sobre la constitución de "una antropología de género normativa y positivista", sobre el "rechazo inequívoco de las terapias de conversión en las personas transgénero", finalmente sobre "el acceso a los ministerios ordenados y a las profesiones pastorales de la Iglesia [que] no deben excluirse del todo, ni siquiera para los bautizados y los confirmados intersexuales y transexuales, sino que deben examinarse caso por caso".
El Camino Sinodal, por tanto, aprobó completamente la teoría de género extrayendo de ella todas sus consecuencias. Así, los hombres que pretenden ser mujeres podrán "si es necesario" tener acceso a las comunidades religiosas femeninas y viceversa. Y una mujer que pretendiera ser un hombre podría así recibir la ordenación sacerdotal.
¿Leímos bien? Desgraciadamente, sí. Monseñor Georg Bätzing bien puede protestar una vez más que no hubo ni cisma ni formación de una Iglesia alemana separada debido al Camino Sinodal, los textos hablan por sí mismos...
Establecimiento del Comité Sinodal
Este sábado 11 de marzo se constituyó la Comisión sinodal que deberá continuar e implementar el proyecto de reforma durante tres años. En otras palabras, es una especie de sínodo continuado, según lo establecido por el consejo pastoral holandés del que el sínodo de Würzburgo tomó prestada la idea: en Alemania se convirtió en la comisión mixta entre los obispos y el Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK).
El Comité tiene también la función de constituir los consejos sinodales: diocesanos y parroquiales. Cabe señalar que ya no se trata de un consejo nacional (luego de las advertencias romanas), pero, a pesar de estas advertencias que también se dirigieron a las diócesis y las parroquias, el proyecto continúa.
El Comité está compuesto por los 27 obispos residentes de Alemania y 27 miembros del Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK), así como 20 miembros adicionales que fueron elegidos en este último día del Camino Sinodal.
El texto fundamental de la política eclesial
Propuesto por el presidium del Camino sinodal, este documento llamado "Escuchar. Aprender. Tomando nuevos caminos" fue descrito por monseñor Bätzing como una guía. El preámbulo menciona el escándalo de los abusos como punto de partida del proyecto de reforma. El texto contiene una amplia admisión de culpabilidad respecto al manejo de los abusos en la Iglesia, así como un llamado a una cultura del diálogo.
Este último se describe bajo cuatro temas: la moral sexual, la forma de vida sacerdotal, el poder y la separación de poderes, así como el papel de la mujer en la Iglesia, es decir, transversales a los cuatro foros que elaboraron los esquemas discutidos y aprobados por la Asamblea sinodal en los últimos tres años.
Finalmente, cabe señalar que el texto presenta el Camino Sinodal alemán como una contribución al Sínodo Mundial lanzado por el Papa Francisco.
El texto sobre una mayor participación de la mujer en los servicios y ministerios de la Iglesia
Si bien el diaconado femenino había sido dejado de lado por el texto sobre los presbíteros y el sacerdocio, volvió a retomarse en el texto sobre las mujeres, titulado "Las mujeres en las funciones sacramentales: perspectivas para el diálogo con la Iglesia universal", que está en línea con el texto básico sobre las mujeres en la Iglesia católica aprobado en la cuarta Asamblea Plenaria.
Los obispos alemanes se comprometen a pedir a Roma la admisión de las mujeres al diaconado y a proponer reflexiones profundas sobre una apertura de todos los ministerios ordenados en la Iglesia. Por tanto, el carácter obligatorio de las declaraciones magisteriales existentes, que hasta ahora excluyen categóricamente a las mujeres del ministerio ordenado, debe examinarse críticamente.
Conviene reiterar que el sacramento del orden es único, y que se compone al menos de los tres grados siguientes, según el Concilio de Trento: episcopado, presbiterado y diaconado. Ahora bien, dado que toda la tradición y una decisión infalible declaran que el sujeto de la ordenación es el hombre masculino, esto excluye al mismo tiempo el episcopado y el diaconado.
Cabe señalar que nunca ha habido diaconisas ordenadas en la Iglesia: el título se daba a las auxiliares que asistían en el bautismo de las mujeres en la época en que se daba este sacramento por inmersión, por una cuestión de pudor. Las comisiones creadas recientemente sobre este tema no pueden más que constatar esta conclusión, que ya se conocía desde hacía mucho tiempo.