
Queridos fieles,
Les escribo estas líneas con gran tristeza. Durante los últimos meses, distintos medios eclesiásticos, legales y de comunicación han reportado nuevos casos de abusos sexuales y encubrimientos. La renuncia del Cardenal Theodore McCarrick a causa de las acusaciones creíbles de abusos a menores y seminaristas perpetrados durante décadas, fue seguida rápidamente por el impactante testimonio de Monseñor Carlo Viganò, el cual implica al mismo Santo Padre en el encubrimiento de los indecibles crímenes cometidos por McCarrick. Por otro lado, las investigaciones judiciales e independientes continúan presentando evidencias que indican que la crisis que sacudió a la Iglesia católica hace más de una década está muy lejos de terminar.
Es en medio de este contexto tan doloroso que deseo reiterar que la Fraternidad San Pío X (FSSPX) trata con la mayor seriedad cualquier reporte de comportamiento ilícito e ilegal por parte de su clero, religiosos, empleados y voluntarios. Cada reporte se somete a una investigación exhaustiva llevada a cabo por las autoridades competentes dentro de la Fraternidad y se brinda total cooperación a todas las agencias policiales y oficiales de investigación pertinentes, especialmente cuando los reportes implican a niños pequeños. Además, cualquier sacerdote o religioso de la FSSPX encontrado culpable es sometido a sanciones conforme al derecho canónico, incluida la expulsión del ministerio activo y la laicización.
Esforzándose por impedir la propagación del pecado dentro de sus filas, la FSSPX se somete a la antigua y prudente prohibición de la Iglesia sobre la admisión de hombres que albergan atracciones hacia personas del mismo sexo o cualquier otra atracción sexual antinatural en sus seminarios. Si, después de la admisión a cualquier seminario u órdenes sagradas, se descubren evidencias creíbles de inclinaciones o actos inmorales realizados por algún individuo, éste último es inmediatamente expulsado del seminario y/o Fraternidad. Y, si así lo requiere la evidencia, el asunto se remite inmediatamente a las autoridades eclesiásticas y seculares.
Entiendo que en estos tiempos de confusión y crisis, existe la tentación de buscar respuestas fáciles para explicar la corrupción en la Iglesia. Pero hay que tener cuidado. Si bien no podemos descartar el efecto adverso del Concilio Vaticano II y las consecuencias que ha tenido en el Cuerpo Místico de Cristo, temo que las raíces de la crisis de abusos sexuales son mucho más profundas. Por el momento, debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder para defender los principios de la ley divina y natural en nuestra vida diaria, mientras trabajamos por volver a difundir el Evangelio en un mundo que ha olvidado la gran necesidad que tiene de Dios.
Les pido que rueguen a la Reina del Cielo, la Santísima Virgen María, y a todos los santos, especialmente a San Miguel Arcángel, que nos concedan aquí abajo la ayuda espiritual que necesitamos para soportar esta tormenta. Pidamos también por los sacerdotes, religiosos y seminaristas de la FSSPX, y por todos aquellos encargados de su formación. Oremos para que tengamos la sabiduría y discernimiento necesarios para formar clérigos santos dedicados al servicio de Jesucristo a través de la administración de los ritos sacramentales tradicionales y de la promulgación de una catequesis sólida.
Los bendigo en el Señor,
Padre Jurgen Wegner