
Tres años después de la restauración de la tumba de Cristo, en el corazón del Santo Sepulcro, ahora es el turno del suelo de baldosas de la basílica: los trabajos de restauración están bajo la dirección de la Custodia de Tierra Santa, y deberían durar dos años.
La fotografía tomada en el Santo Sepulcro el 14 de marzo de 2022 es sorprendente: los líderes de las diferentes confesiones cristianas a cargo de la basílica, cada uno armado con su pico, levantando juntos uno de los pesados adoquines que forman el suelo del santuario.
Una imagen que resume por sí sola la complejidad de la gestión de los lugares santos cristianos edificados sobre la tierra pisada por Cristo. Por ejemplo, el Santo Sepulcro es copropiedad, junto con otros espacios comunes y privados, de los católicos -representados por los franciscanos- y otras denominaciones cristianas separadas de Roma: griegos, armenios, siríacos, coptos y etíopes.
Cabe señalar que la copropiedad también se comparte con dos familias musulmanas, encargadas de abrir y cerrar las puertas del Santo Sepulcro, y las autoridades del lugar, a saber, Israel desde 1967. Por otro lado, solo los ortodoxos, los franciscanos y los armenios poseen títulos de copropiedad en los espacios privados.
Este embrollo no ha beneficiado a la conservación del suelo del Santo Sepulcro: a lo largo de los siglos, las innumerables pisadas de los peregrinos, el humo de las velas y la humedad han dejado su huella en el suelo pedregoso, hasta el punto de que este último necesitaba recuperar algo de color y una forma menos áspera.
Este es el objetivo de los trabajos que finalmente acaban de comenzar bajo la dirección de los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, asistidos por un equipo de arqueólogos de la Universidad Sapienza de Roma, así como por científicos del Centro de Conservación y Restauración La Veneria Reale.
Estos últimos se ocuparán de la restauración del suelo, del cual el Instituto Politécnico de Milán, que visitó el lugar en septiembre de 2021, tomó una minuciosa fotografía.
Antes de levantar simbólicamente una de las piedras del suelo del Santo Sepulcro, el Padre Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, recordó que el proyecto de restauración -común a católicos, griegos y armenios no unidos en Roma- aunque iniciado hace dos años, se retrasó debido al Covid-19.
"Ahora estamos listos para comenzar" porque "en este tiempo de pandemia y guerra, la cooperación entre nosotros adquiere un significado diferente, especialmente aquí, donde Jesucristo se manifestó como la verdadera piedra angular de la Iglesia", declaró el religioso franciscano.
Incluso durante los trabajos de restauración, la basílica permanecerá siempre abierta a los peregrinos que, tras dos años de cierre por la pandemia, han ido regresando paulatinamente, desde que Israel reabrió sus fronteras.
Por ejemplo, las celebraciones de la Semana Santa -que tendrá lugar este año del 13 al 17 de abril para los católicos, y del 20 al 24 de abril para las llamadas confesiones "ortodoxas"- no se verán afectadas: "permitiremos el paso por la zona y concentraremos los esfuerzos en otros aspectos de la restauración", aseguró Osama Hamdan, arquitecto que depende de la Custodia de Tierra Santa.