
Miles de pergaminos antiguos que relatan la persecución de los cristianos entre los siglos XVII y XIX han sido restaurados y digitalizados con la colaboración de instituciones culturales japonesas. Fueron llevados a la Biblioteca Vaticana en 1953 por el misionero salesiano Mario Marega. Una muestra del período Ero de Japón ahora disponible para los investigadores.
Una colección de la Biblioteca del Vaticano que contiene 14,000 documentos antiguos sobre la historia de la persecución de los cristianos en Japón durante el período Edo ha sido completamente digitalizada y puesta a disposición de los historiadores, gracias a la intensa colaboración entre la Santa Sede y varias importantes instituciones culturales japonesas.
La conclusión de la restauración y catalogación de los "Documentos Marega", una de las colecciones de archivos más importantes conservados fuera de Japón sobre la historia del País del Sol Naciente entre los siglos XVII y XIX, se ha presentado este 1 de marzo en una rueda de prensa en el Vaticano.
Detrás de este importante tesoro cultural se oculta la obra de un misionero italiano, el salesiano Mario Marega, que vivió en Japón entre 1930 y 1974. Gran conocedor de la cultura japonesa –le debemos la traducción al italiano del Kojiki, el texto mitológico japonés más antiguo– el Padre Marega, a través de una red de conexiones personales, logró recolectar miles de jō.
Se trata de rollos de papel que, tras el edicto del emperador de 1612 que prohibió el cristianismo en Japón, fueron utilizados por el Daimio de Bungo (ahora Usuki, prefectura de Oita) para escribir durante décadas informes sobre las familias de los primeros convertidos al cristianismo.
Un cúmulo de documentos que, además de ofrecer testimonio de la persecución, también proporcionan una muestra mucho más amplia de la realidad del campo japonés en la época premoderna.
Don Marega, con la ayuda del nuncio apostólico en Japón, logró enviar este material al Vaticano en 1953. Pero los archivos eran difíciles de catalogar para una biblioteca occidental. Es por ello que estos documentos permanecieron almacenados durante muchos años y fueron encontrados hasta marzo de 2011.
Fue entonces que se lanzó el proyecto Marega en colaboración con instituciones académicas japonesas. Este fue el comienzo de un largo proceso de inventario y restauración. La colaboración con expertos del Lejano Oriente fue fundamental para la restauración de los materiales: los antiguos papeles de manuscritos japoneses requerían tratamientos especiales.
Finalmente, se digitalizó toda la colección, lo que permitirá a los investigadores comenzar a estudiar estos documentos, que se han puesto en línea a disposición de todos. El cardenal José Tolentino de Mendonça, bibliotecario y archivero de la Santa Iglesia Romana, dijo durante la presentación del proyecto:
"La historia ha querido que los archivos feudales más grandes conservados fuera de Japón ahora se guarden aquí. Son documentos fundamentales para reconstruir la historia del cristianismo japonés, pero su valor histórico va mucho más allá de esto, pues constituyen un variado retrato de la sociedad japonesa en la era premoderna".