
Italia pronto tendrá un nuevo gobierno, a fines de octubre: será el primer gobierno de este país dirigido por una mujer y el primer gobierno de la posguerra dirigido por un partido de derecha. Este hecho ha producido una febril movilización no solo en el país, sino en las instancias europeas. El Papa Francisco es uno de los opositores del nuevo gobierno.
Durante su campaña electoral, Giorgia Meloni prometió acelerar el regreso de los inmigrantes ilegales y criminales, así como endurecer las medidas en materia de asilo. También pidió un bloqueo naval al norte de África para evitar la inmigración ilegal a través del Mediterráneo.
La oposición del Papa Francisco
El Papa Francisco se ha opuesto con vehemencia a este programa. El sábado 9 de octubre de 2022, en su homilía en la Plaza de San Pedro, "defendió apasionadamente", según Reuters, el derecho a la migración. La exclusión de los migrantes es "escandalosa, abominable y pecaminosa", dijo Francisco.
La agencia transmitió de inmediato al mundo esta acusación y se aseguró de que las conexiones se entendieran "correctamente". Reuters estableció explícitamente un vínculo directo con Giorgia Meloni y su futuro gobierno.
Francisco se desvió ligeramente de su texto, diciendo: "La exclusión de los migrantes es escandalosa. Es criminal. Como resultado, los migrantes están muriendo ante nuestros ojos. Por eso el Mediterráneo es hoy el cementerio más grande del mundo. La exclusión de los migrantes es abominable, es un pecado. Es criminal no abrir las puertas a los necesitados".
El Papa ha convertido el apoyo a los migrantes en una piedra angular de su pontificado. El apoyo a un "derecho a la migración" sin restricciones va de la mano con la lucha ecológica... y la implementación del relativismo religioso (Cf. el Documento sobre la Fraternidad Humana y su reciente viaje a Kazajstán para el Congreso de Líderes de Religiones Mundiales).
Este relativismo envenena cada vez más la vida de la Iglesia y corre el riesgo de ser llevado a su paroxismo por el sínodo mundial, en gran parte contaminado por el Camino Sinodal alemán, cuyas desviaciones doctrinales son evidentes.
En cuanto a la convivencia entre el Vaticano y el Quirinal, es probable que las cosas se mantengan agitadas durante algún tiempo.