
El prior del "Valle de los Caídos", Santiago Cantera, pidió que se "deje en paz" a los muertos e indicó que no será fácil expulsar a los monjes benedictinos, que se encuentran en el valle ahora llamado Valle de Cuelgamuros, debido a un acuerdo que el Estado "no puede romper unilateralmente".
"En principio, se debe dictar un decreto real que regule el nuevo ordenamiento jurídico del Valle. Tendrán que ver cómo pueden burlar nuestra realidad, porque estamos aquí por un acuerdo bipartidista, que no se puede romper unilateralmente", explicó Cantera en una entrevista con la revista Mundo Cristiano.
Este convenio se firmó entre la Fundación Santa Cruz del Valle de los Caídos y la Abadía de Silos, a la que estuvo adscrita desde su origen la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. "En otras palabras, deben hacer un nuevo acuerdo con nosotros", continuó.
"Aunque lo asuma el Patrimonio del Estado y ya no el Patrimonio Nacional, el acuerdo debe ser asumido por ellos. No queda otra salida que negociar un nuevo acuerdo", subrayó el prior.
Señaló además que dado que la abadía es de derecho pontificio -fue creada en 1958 por un decreto del Papa Pío XII- un Estado no puede romper el acuerdo unilateralmente, sino que "sería necesaria la aprobación escrita y firmada de la Santa Sede".
También denuncia que desde hace "cinco años", no se ha aportado económicamente lo que correspondía "con los fondos recaudados por la Fundación para la realización de los objetivos fundacionales asignados".
Una mala imagen del gobierno en el mundo
Finalmente, añade que tienen "una serie de derechos" y que la realización de estos derechos "serán heredados por la institución que suceda a la Fundación de la Santa Cruz". Esto quiere decir que legalmente no es fácil expulsarnos. Y eso sería desastroso. Tal imagen a nivel internacional hundiría al gobierno", declaró.
Cuando se le preguntó si considera que, en los últimos años, se han producido ataques a la libertad religiosa y de culto, recordó que con motivo de la exhumación de los restos de Franco, la basílica estuvo cerrada al culto durante tres semanas.
También denunció el hecho "de que fue ocupada sin autorización de la autoridad eclesiástica por agentes armados de la Guardia Civil, en un espacio inviolable según los acuerdos Iglesia-Estado", por lo que considera que hubo "una grave violación del derecho a la libertad religiosa".
Por todo ello, el prior pide que "se deje en paz a los muertos". Lo que debemos hacer es dejar que sus restos descansen en paz e intentar construir la paz entre los vivos. Pero también que se respete fundamentalmente el significado religioso del Valle de los Caídos, del que la comunidad benedictina es garante.
Este significado religioso del Valle de los Caídos, explica, es "buscar la reconciliación" y, en este sentido, añade que los monjes benedictinos rezan todos los días "por los caídos de un lado y del otro; del lado nacional y del lado republicano".