
La Navidad pasada, la abadía trapense de Nuestra Señora de las Nieves de Ardèche anunció que tendría que poner fin a su vida comunitaria para septiembre de 2022. Solo quedan alrededor de diez monjes que se unirán a otra abadía en la Orden Cisterciense de Estrecha Observancia.
"Se ha iniciado un proceso de discernimiento con la abadía de Sainte-Marie de Boulaur encaminado a retomar las instalaciones" por las monjas cistercienses, publicó en Semana Santa el Padre abad de Nuestra Señora de las Nieves.
Por invitación de monseñor Jean-Louis Balsa, obispo de Viviers, y con el apoyo de los abades generales de las dos órdenes cistercienses, el proyecto de fundación fue aprobado por la comunidad de monjas el 21 de marzo.
Si los Capítulos Generales de la OSCO y la OCist aprueban esta decisión en su reunión del próximo otoño, ocho monjas de Boulaur se unirán a la abadía de Nuestra Señora de las Nieves a partir del 1 de diciembre de 2022.
"Recibimos 27 propuestas", declaró el Padre Abad a la revista Famille Chrétienne. Por mi parte, me puse en contacto con siete comunidades religiosas para ofrecerles tomar el relevo de nuestra comunidad. Las hermanas de Boulaur me respondieron afirmativamente".
El contacto entre los monjes y las religiosas "tuvo muy buenos resultados". Las hermanas de la abadía de Sainte-Marie de Boulaur, que acogen a las vocaciones desde hace varios años, buscaban un lugar para propagarse. "La comunidad tiene 31 hermanas, de 25 a 94 años, incluidas 9 postulantes", indica el sitio web de la abadía.
Las hermanas votaron unánimemente por la nueva fundación. Después de completar su vasto proyecto de renovación de un granero cisterciense, se embarcaron en la creación de un "ecotono": un lugar de intercambio y encuentro entre el mundo exterior y la vida monástica. "Los dos ecosistemas (sic) deben ser preservados y mantener sus propias características", explicaron.
Fundada por la abadía de Aiguebelle en 1852, la Trapa de Nuestra Señora de las Nieves, a unos cien kilómetros de Viviers, rodeada de montañas, cuenta entre sus más destacadas figuras con la de Charles de Foucauld.
Después de su deslumbrante conversión en 1889, entró como novicio en la abadía el 16 de enero de 1890. Permaneció allí durante siete meses antes de unirse a la Trapa de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, en Akbès, cerca de Alepo, en Siria, fundada por Nuestra Señora de las Nieves en 1884. "Llevo en mi corazón toda la enseñanza de Nuestra Señora de las Nieves", declaró.