Homosexualidad: Sudán del Sur responde al Papa

Febrero 09, 2023
Origen: fsspx.news
El presidente de Sudán del Sur anuncia un día festivo por la visita del Papa

Mientras el pontífice visita Sudán del Sur, Juba ha reafirmado su firmeza contra las uniones homosexuales. Una semana antes, el Papa Francisco se pronunció en contra de la criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo, aunque reconoció que se trata de un "pecado" según la enseñanza de la Iglesia.

Para su cuadragésimo viaje al extranjero, el pontífice argentino viajará a Juba, capital de Sudán del Sur, del 3 al 5 de febrero de 2023. Inicialmente prevista para julio de 2022, esta visita tuvo que ser pospuesta debido al dolor en la rodilla del Papa de 86 años, quien se desplaza en una silla de ruedas.

Oficialmente, se trata de una visita de "reconciliación" para promover el fin de la violencia en un país azotado por una cruenta guerra civil, pero que no debe hacer olvidar algunas profundas diferencias entre el actual pontífice romano y los pueblos africanos sobre el delicado tema de la homosexualidad.

Las divergencias volvieron a surgir durante una entrevista exclusiva concedida el 25 de enero por el Papa Francisco a The Associated Press, en la que calificó de "injustas" las leyes que criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, al tiempo que recordó que no dejan de ser un "pecado".

Unos días después, en una respuesta dirigida al Padre James Martin, un jesuita fiel al lobby LGBT, el pontífice argentino declaró: "Yo diría que cualquiera que quiera criminalizar la homosexualidad se equivoca".

El gobierno de Sudán del Sur se apresuró a responder, a través de su Ministro de Información: "Si el Papa Francisco viene a nosotros y nos dice que no hay diferencia entre el matrimonio entre personas del mismo sexo o de diferentes sexos, le diremos 'no'", advirtió Michael Makuei Lueth.

Para el ministro, no se trata de compromisos: "Dios no puede estar equivocado. Creó al hombre y a la mujer, les dijo que se casaran y fueran a poblar el mundo. ¿Pueden las parejas del mismo sexo procrear por sí mismas?"

Y precisa: "Nuestra constitución es muy clara, dice que el matrimonio es entre personas de distinto sexo, y que todo matrimonio entre personas del mismo sexo es un delito, un delito constitucional". Imaginamos que estas palabras serían mal recibidas en el Viejo Continente.

En cambio, si se limita a su misión de pacificador, el Papa es bienvenido, explicó Michael Makuei: "Viene a bendecirnos para que cambiemos nuestro comportamiento porque a veces nos comportamos de manera anormal. Así que viene aquí a orar por nosotros para que prevalezca la paz en Sudán del Sur. Su visita es histórica".

No cabe duda de que la Secretaría de Estado ha recibido alto y claro el mensaje de las autoridades sursudanesas, y debe desplegar todas sus dotes diplomáticas para evitar –o reparar, si es necesario– un desliz en la palabra pontificia, como sucedió hace unos meses en el caso ruso-ucraniano, donde la Santa Sede tuvo que presentar -algo rarísimo- una disculpa a Moscú.

Una distinción necesaria

Debe distinguirse entre la criminalización de un acto y la prohibición de un estado de vida. Si el Papa Francisco quiere decir que un Estado no debe criminalizar los actos homosexuales, es decir, imponer una sanción a quienes los realizan, eso es una cosa. Esto podría entenderse, por un lado, debido al carácter más o menos oculto de estos actos, y teniendo en cuenta la situación actual.

Pero la constitución de un estado de vida por una unión homosexual pública es otra cosa. Cuando la ley lo autoriza, da derecho a ventajas que normalmente se reservan al matrimonio. Sin embargo, un Estado puede prohibir tal unión. En Sudán del Sur como en Japón, la constitución define el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, exclusivamente.

También hay un documento romano específico sobre este tema, publicado bajo Juan Pablo II. El 3 de junio de 2003, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó las Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, firmado por el cardenal Joseph Ratzinger. La conclusión (#11) dice esto:

"La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad.

Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad.

Desgraciadamente, el Papa, como es fácil de ver, quiere que los países reconozcan estas uniones, oponiéndose así claramente a la doctrina de la Iglesia y a su predecesor.