Hungría protege a sus niños de la iniquidad

Diciembre 18, 2020
Origen: fsspx.news
El Parlamento de Budapest

Sin hacer caso a los medios de comunicación occidentales, que repiten términos imposibles de definir y de comprender, Hungría continúa su camino, defendiendo los valores cristianos, para los que no hay necesidad de utilizar comillas, como si solo se trataran de supuestos o algo imaginario.

Hungría fue tratada de manera especial por el poder soviético, debido a su resiliencia que le permitió liberarse del poder otomano después de un siglo y medio de ocupación, y su espíritu de resistencia, manifestado por el levantamiento de 1956. Después de cincuenta años de tiranía, el poder comunista también fue derrotado. En el período que siguió a esta liberación, fue preciso proporcionar una nueva constitución al país.

Una mirada retrospectiva a los últimos cien años

Cabe recordar brevemente que tras el desmantelamiento del imperio austro-húngaro, los revolucionarios, encabezados por el siniestro Béla Kun, fundaron la República Socialista y Federativa de Hungría, que adoptó una constitución aprobada el 23 junio ​​de 1919. Esta última es una verdadera constitución comunista, sometida al régimen de la colectivización de los medios de producción.

Sin embargo, la República Socialista de Hungría duraría solo 133 días. En marzo de 1920, el parlamento eligió el régimen monárquico y, a falta de un rey, eligió como regente al almirante Miklós Horthy, que permanecería en el cargo hasta la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra, en 1947, los soviéticos impusieron por la fuerza a Mátyás Rákosi, gran admirador de Stalin.

El 20 de agosto de 1949, se promulgó una nueva constitución comunista, que permaneció en vigor hasta 1989, cuando fue modificada en favor de un régimen pluralista y una economía de mercado.

La constitución de 2011

Después de muchas dificultades, las elecciones legislativas de 2010 permitieron que una coalición con una mayoría de más de dos tercios, se sentara en la asamblea. Esto abrió el camino para una nueva constitución.

Esta constitución fue promulgada el 25 de abril de 2011. Comienza con este discurso: "¡Dios bendiga a los húngaros!" Entre las leyes básicas, el artículo L establece: "Hungría protege la institución del matrimonio como una unión de por vida basada en un compromiso voluntario entre un hombre y una mujer".

El martes 19 de mayo de 2020, una ley prohibió la inscripción del cambio de sexo en el registro civil, y el reconocimiento de la identidad de género de las personas transgénero. Una enmienda legislativa, el artículo 33, definió el género como el "sexo biológico basado en el nacimiento y el genoma".

Finalmente, el martes 15 de diciembre, el parlamento húngaro aprobó una nueva enmienda a la constitución, con el fin de garantizar el respeto de la ley natural en materia de paternidad. A partir de ahora, la Magyar Magna Charta establece que "la madre es una mujer y el padre es un hombre". El texto agrega: "La educación se imparte de acuerdo con los valores basados ​​en la identidad constitucional y la cultura cristiana" del país.

El Parlamento también aprobó una ley que permite a las parejas casadas, y solo a las parejas casadas, adoptar niños, lo que en la práctica excluye a los homosexuales, que no tienen derecho a casarse en Hungría. Se pueden conceder exenciones (en el caso de una persona sola) en casos excepcionales.

Con estas acciones, el gobierno desea garantizar la educación "en conformidad con los valores basados ​​en la identidad constitucional y la cultura cristiana". La argumentación justifica esta enmienda por la necesidad de "proteger al niño contra posibles injerencias ideológicas o biológicas" del mundo occidental moderno.

Estas leyes se basan principalmente en el sentido común, y parece incongruente tener que admirar declaraciones tan básicas. Pero, lamentablemente, hemos llegado a tal nivel de decadencia intelectual y moral que debemos elogiar lo que ayer parecía tan evidente para todos.