La basílica de San Pedro sumida en la niebla

Enero 31, 2023
Origen: fsspx.news

El 5 de enero de 2023, en la Plaza de San Pedro de Roma, en medio de una espesa niebla, tuvo lugar el funeral de Benedicto XVI, presidido por su sucesor.

En la noche del día de la ceremonia, Jean-Marie Guénois escribió en Le Figaro: "Algunos observadores profetizan 'zonas de turbulencia'", y se pregunta: "¿La muerte del Papa emérito cambia la situación? ¿Francisco se sentirá más libre para actuar? ¿Adquirirá su pontificado una nueva dimensión?"

A priori nada cambiará, ya que Francisco es Papa desde la renuncia de Benedicto XVI, y gobernó sin preocuparse de si sus decisiones desautorizaban los actos de su antecesor.

Sin embargo, una imagen impactó a todos los asistentes al acto fúnebre. Francisco llegó en la silla de ruedas que le impone una gran dificultad para caminar. Y esta silla frente al ataúd tenía un valor simbólico.

El funeral de Benedicto XVI mostró que la frágil "hermenéutica de la reforma en la continuidad" que trató de promover durante sus ocho años de pontificado, había sido enterrada junto con él.

El papa de Summorum pontificum (2007) que reconoció que la Misa tridentina nunca había sido abolida, fue suplantado ostensiblemente por el de Traditionis custodes (2021), que anuló las disposiciones a favor de la celebración tradicional.

Pero esta "hermenéutica de la discontinuidad y la ruptura" se presenta ahora, a la vista de todos, en una silla de ruedas. Hay que empujarla para que avance, hay que tirar para que no se detenga. Y a pesar de todos los esfuerzos realizados, solo puede contemplar –impotente– la disminución vertiginosa de las vocaciones, y constatar –sin poder hacer nada– el dramático descenso de la práctica religiosa.

Detrás de la niebla que cubría la basílica de San Pedro en Roma se escondía el sol de la doctrina bimilenaria.

Estaban allí los Papas de Libertas præstantissimum contra el liberalismo, de Quas primas sobre Cristo Rey, de Mystici corporis sobre la Iglesia, reproches vivos contra Dignitatis humanæ sobre la libertad religiosa, Unitatis redintegratio sobre el ecumenismo, Nostra Ætate sobre el diálogo interreligioso.

Post nubila Phoebus, después de las nubes viene el sol. Un día la niebla se disipará, y el sol de la doctrina brillará de nuevo sobre la Iglesia.

Una doctrina no de movilidad reducida, ni de geometría variable, sino una doctrina que avanza, que afirma la verdad revelada y condena los errores. Una doctrina que inflama las almas, excita las inteligencias y enciende los corazones, porque es "la luz del mundo" y "la sal de la tierra".

Padre Alain Lorans