
Hungría se enfrenta al acoso de la Comisión Europea por una ley, promulgada el 15 de junio, que establece que los niños no deben ser expuestos a material LGBT antes de los 18 años. Esta ley solo reconoce el derecho natural de los padres.
Vitkor Orban tuvo que soportar primero la indignación y la ira de los jefes de estado de la Unión Europea (UE) durante una videoconferencia el 24 de junio.
Por su parte, el ejecutivo europeo denunció un carácter discriminatorio en estas medidas contra las personas LGBT.
Por tanto, la Comisión envió a Hungría una carta de emplazamiento. Este es el primer paso de un largo procedimiento, que puede conducir a la remisión al Tribunal de Justicia de la UE y luego a sanciones financieras. Viktor Orban tiene dos meses para responder.
"La igualdad y el respeto por la dignidad y los derechos humanos son valores fundamentales de la UE, consagrados en el artículo 2 del Tratado de la Unión Europea. La Comisión utilizará todos los instrumentos a su alcance para defender estos valores", subrayó en un comunicado de prensa.
Orban respondió que se trata de un "abuso de poder" y anunció un referéndum. Especificó que se harán cinco preguntas a los húngaros.
En particular, los votantes tendrán que decir si están a favor de "la promoción del tratamiento de reasignación de sexo para los niños", "la enseñanza a los niños sobre la orientación sexual sin el consentimiento de los padres" o "la exposición sin restricción de los niños al contenido mediático de naturaleza sexual".
La fecha del referéndum aún no se ha fijado, pero podría llevarse a cabo a principios del 2022.
Polonia también está sujeta al procedimiento de la Comisión Europea. La razón: desde 2019, alrededor de 100 entidades locales aprobaron una resolución de "ideología anti-LGBT" o una "carta de derechos de las familias". Estas entidades representan alrededor de un tercio del territorio polaco y están ubicadas principalmente en el sureste y este del país.
Estas decisiones ya habían llevado a la Comisión, en julio de 2020, a privar de subvenciones a algunos de estos municipios como parte de un programa de hermanamiento.
Ursula von der Leyen, por su parte, criticó las "zonas carentes de humanidad" que "no tienen lugar" en la UE, durante su primer discurso sobre el estado de la Unión ante el Parlamento Europeo en septiembre de 2020.
La retórica acalorada no conoce límites, y las palabras dejan de tener significado. Desafortunadamente, por retorcidas y deformadas que sean, aún pueden usarse para reprender y condenar a un país por actos soberanos legítimos y valientes.