La Eucaristía: presencia real (4)

Abril 09, 2019
Origen: fsspx.news

Así en la hostia como en el cáliz está todo Jesucristo, porque en la Eucaristía está vivo e inmortal como en el cielo; por esto, donde está su Cuerpo, allí está también la Sangre, Alma y Divinidad, y donde está la Sangre, allí está también el Cuerpo, Alma y Divinidad, pues todo esto se halla inseparable en Jesucristo. 

Cuando Jesús está en la hostia no deja de estar en el cielo, mas se halla al mismo tiempo en el cielo y en el Santísimo Sacramento, en cada hostia consagrada. Cuando el sacerdote parte una hostia, no se parte el Cuerpo de Jesucristo, sino solamente las especies del pan; el Cuerpo de Jesucristo permanece entero en todas las partes en que se halla dividida la hostia. Cada partícula debe ser honrada, adorada y respetada por todos porque contiene verdadera, real y sustancialmente al mismo Jesucristo Señor nuestro.

Jesucristo, tal y como está escrito en el Evangelio de San Juan: "habiendo amado a los suyos, los amó hasta el fin" (Jn. 13, 1), es decir, que al instituir la Sagrada Eucaristía, Nuestro Señor les mostró su amor infinito. Después de haber instituido el sacramento de su amor, Cristo quiso ser entregado en manos de los judíos y de los soldados, para sufrir su Pasión antes de morir en la Cruz, ofreciendo el sacrificio único y eterno, el único capaz de reconciliarnos con Dios y redimirnos por nuestros pecados, librándonos del poder del demonio y abriéndonos las puertas del cielo.