El cantón de Lucerna no pagará 400,000 francos suizos para la construcción del nuevo cuartel de la Guardia Suiza del Vaticano: dicha aportación fue rechazada mayoritariamente por más del 70% de los votos, durante el referéndum convocado por el partido socialista y los librepensadores. Un signo de la pérdida de vitalidad del catolicismo en un cantón que, sin embargo, está históricamente unido a la Iglesia.
Un golpe de alabarda en la espalda. Así debió sentirse el coronel Christoph Graf, comandante de la Guardia Suiza en Lucerna, al enterarse de los resultados del referéndum organizado el 25 de septiembre de 2022 en un cantón que está históricamente vinculado a la Guardia Pontificia.
Durante más de tres siglos, entre 1548 y 1878, fue en el cantón de Lucerna donde se reclutaron exclusivamente los hombres dedicados a la protección del sucesor de Pedro.
Pero el peso de la historia no importó mucho en las orillas del Reuss el 25 de septiembre: con un 71.5% de "no", los lucerneses votaron en contra de la aportación de 400,000 francos -alrededor de 416.000 €- pues creen que el Vaticano "puede financiar por sí mismo" la construcción del nuevo cuartel de la Guardia Suiza.
El proyecto fue puesto en marcha en 2016 por la Fundación para la Rehabilitación del Cuartel, dado que los edificios actuales, construidos en el siglo XIX, nunca habían sido restaurados, generando costes de mantenimiento especialmente elevados por la falta de aislamiento del edificio. Por no hablar de las estrechas instalaciones que actualmente albergan a 110 guardias, un número que se espera aumente a 135.
Se supone que la Fundación recaudará 45 millones de francos suizos, o 47 millones de euros, para demoler los edificios en ruinas y construir en su lugar un nuevo cuartel: la Confederación Suiza ya ha donado 5 millones de euros, siendo los cantones los que deben aportar más de 4 millones adicionales.
Pero en Lucerna, los partidos de izquierda aliados con los Librepensadores lograron convocar un referéndum y ganarse el apoyo de una gran parte de los votantes: "Es una gran derrota para el conservadurismo de Lucerna", expresó con regocijo David Roth, presidente del PS cantonal.
El socialista ve en los resultados de la votación no un signo de hostilidad religiosa, sino sobre todo una cuestión de dinero: "400,000 francos, no es en sí una gran suma, pero en los últimos años hemos puesto en marcha fuertes medidas de reducción de costes en Lucerna. Las escuelas han sufrido mucho, ha habido varios despidos. ¿Y ahora deberíamos dar dinero para financiar cuarteles militares en el extranjero?", señaló Roth.
Por su parte, la Guardia Suiza, quiso poner en perspectiva el alcance de la votación: "Obviamente es decepcionante. Pero no fue un voto contra la Guardia, el debate fue sobre otros temas. Incluso en el campo contrario, hay simpatía y estima por el trabajo de la Guardia Suiza. El punto polémico era quién debería encargarse de la financiación", comentó Stefan Wyer, jefe de la Oficina de Medios de la Guardia Suiza.
Y agregó: "La Guardia necesita alojamientos modernos. Estamos seguros de que todavía podremos llevar a cabo el proyecto". En efecto, la negativa de Lucerna es bastante simbólica, porque la Fundación para la renovación de los cuarteles no tendrá problemas para encontrar los 400,000 francos que faltan.
Pero el "no" del 25 de septiembre de 2022 dice mucho sobre la descristianización de un cantón donde los católicos siguen siendo mayoría.
