
Según persistentes rumores en la prensa, la Santa Sede solicitó a las autoridades costarricenses el permiso necesario para que el exsecretario del Papa Benedicto XVI se convierta en nuncio en Costa Rica. A menos que haya un cambio en la trama, un océano debería separar al prelado alemán del Papa, para el mayor alivio de este último.
"Todavía no tengo un cargo definido, pero la Iglesia es enorme", declaró, hace unos días, un poco desanimado el exsecretario privado del difunto Papa Benedicto XVI. Monseñor Georg Gänswein aprovechó la Misa celebrada el 19 de marzo de 2023 en memoria del Papa bávaro para intercambiar unas palabras con la prensa, a la espera de su siguiente destino.
El prelado -que también es albacea de Benedicto XVI- dio algunos detalles sobre sus herederos: "Pensé en un principio que tenía dos herederos en su familia, pero en realidad son cinco primos los que están involucrados y que aún tienen que decir si aceptan o no la herencia".
El prelado precisa que la herencia "no se refiere a los derechos de autor" sobre sus muchas obras, recordando de paso que, de acuerdo con los últimos deseos del Papa emérito, "destruyó su correspondencia privada, como él lo deseaba", lamentando "no tener otra alternativa en el asunto".
Según él, "no hay otro libro inédito" escrito por Benedicto XVI: el último texto publicado es, y por tanto quedará para la posteridad: "¿Qué es el cristianismo?", una obra póstuma en la que Josef Ratzinger admite, entre otras cosas, que "las tesis de Lutero jugaron un papel tácito" en la reforma litúrgica, "por lo que algunos círculos pudieron afirmar que el decreto del Concilio de Trento sobre el sacrificio de la Misa había sido abolido tácitamente".
Dos días después de este discurso, supimos, por información aún no confirmada en este momento, que la Santa Sede había pedido a las autoridades de Costa Rica su acuerdo para el nombramiento de monseñor Gänswein como nuncio. De confirmarse el rumor, el prelado debería hacer pronto las maletas y dejar oficialmente sus funciones como prefecto de la Casa Pontificia de la que había sido "retirado" en 2020.
En los círculos romanos, Costa Rica es considerada una "nunciatura de descanso" -una reputación empañada, desde hace unos meses, por un caso de abuso de un miembro del clero-, fácil de gestionar para alguien que no ha pasado nunca por la escuela de nuncios, como es el caso del exsecretario de Benedicto XVI.
Habiendo caído en desgracia ante el huésped de Santa Marta desde hace varios años, monseñor Georg Gänswein, cuya actitud crítica hacia el pontificado actual es pública, espera partir hacia un destino lejano: con el rango de arzobispo, la función de nuncio constituye una especie de salida a la medida, dado que el episcopado alemán se opone rotundamente a verlo regresar a las tierras de San Bonifacio.
Desde el llamado de Dios del predecesor del Papa Francisco, "monseñor Georg" dejó el monasterio Mater Ecclesiae, donde residía desde la renuncia de Benedicto XVI en 2013, por un apartamento de 300 metros cuadrados, muy cerca -irónicamente- de la casa Santa Marta.
Es desde allí que el prelado lanzó, el pasado mes de enero, la publicación de su libro Nient'altro che la verita (Nada más que la verdad), en el que ajusta cuentas con el actual Romano Pontífice, en particular en lo que se refiere a la cuestión litúrgica, donde la herencia de Benedicto XVI ha sido literalmente desmantelada.
Si su nombramiento se hace oficial, dentro de poco, ya no serán unas pocas calles sino un océano lo que separará a monseñor Gänswein de los muros leoninos. Para alivio de muchos en Roma...