
Las Naciones Unidas quieren un Pacto Digital Mundial para septiembre de 2024. El proceso de elaboración de "estándares digitales" para monitorear, moderar y censurar el discurso en línea se lleva a cabo bajo el pretexto de combatir la "violencia de género facilitada por la tecnología" y cuenta con el apoyo de más de una docena de países.
La administración de Joe Biden está a la vanguardia de los esfuerzos para promulgar y hacer cumplir las reglas mundiales de censura contra las opiniones a favor de la vida y la familia, como parte del Nuevo Orden Mundial, ya impuesto en la mayoría de los países occidentales y que se extiende al resto del planeta.
Género y feminismo
Las áreas particularmente atacadas son, por un lado, las críticas a la ideología de género: los gobiernos y el sector privado deberían censurarlas, como "discurso de odio". Por otro lado, las plataformas en línea y los proveedores de servicios deberían hacer cumplir la ortodoxia feminista a través de la inteligencia artificial, como parte de la "seguridad desde la etapa de diseño".
La primera aparición de estas reglas de censura data de la Cumbre de la Democracia 2022 sobre la iniciativa del Departamento de Estado, titulada "Asociación Global para Combatir el Acoso y el Abuso en Línea por Motivos de Género", que tiene como objetivo combatir una amplia gama de comportamientos.
El departamento de Estado describe la violencia de género como "cualquier acto cometido, asistido, agravado o amplificado mediante el uso de la tecnología de la información y las comunicaciones u otras herramientas digitales, que cause o pueda causar daño u otras violaciones de los derechos y libertades".
Una definición que permite englobar cualquier información u opinión en línea contra el aborto o en favor de la familia de acuerdo con la definición de "violencia de género" de las Naciones Unidas.
Por tanto, "la negación del acceso al aborto ha sido identificada como una forma de violencia de género contra las mujeres, que puede constituir tortura y/o tratos crueles, inhumanos y degradantes", según una nota informativa de la oficina de derechos humanos de la ONU.
Los estándares de esta iniciativa son presentados por las Naciones Unidas en el "Pacto Digital Mundial", que será adoptado por la Asamblea General en septiembre de 2024. Google, Microsoft, Meta y otros grandes protagonistas de la tecnología digital ya están colaborando con los gobiernos para elaborar y aplicar estas normas.
Un primer intento fallido
La administración Biden ya había intentado expandir la noción de violencia de género por la tecnología, a través de un acuerdo sobre la educación de las mujeres mediante la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas. Estados Unidos pidió que el acuerdo reconozca el papel de los gobiernos en la orientación de las redes sociales y las plataformas de medios tradicionales.
En realidad, esto era una censura y moderación de contenidos bajo el criterio de "violencia de género", a pesar de que tal censura dirigida por el gobierno se considera una violación de la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
A pesar de este revés, la administración Biden y los gobiernos occidentales se comprometieron en la cumbre del G7 de mayo a "redoblar esfuerzos para coordinar los enfoques a fin de prevenir y responder al acoso y abuso en línea y la violencia de género facilitada por la tecnología", y contrarrestar la desinformación como parte del "apoyo a la libertad de prensa”.