Nueva protesta contra el camino sinodal en Alemania

Octubre 21, 2021
Origen: fsspx.news
El periodista Bernhard Meuser, director de ACA

El Arbeitskreis Christian Anthropologie -Grupo de Trabajo para la Antropología Cristiana- una asociación de antropólogos, filósofos, teólogos y periodistas católicos alemanes, publicó un manifiesto contra las desviaciones de la Asamblea Sinodal de la Iglesia de Alemania.

Esta protesta se esparció rápidamente en Alemania contra el camino sinodal, que celebró su 2ª Asamblea General del 30 de septiembre al 2 de octubre. Después del sitio web alternativo, creado por monseñor Voderholzer y apoyado por el cardenal Kasper, ha aparecido un nuevo sitio de críticas en la web.

El Grupo de Trabajo para la Antropología Cristiana (ACA) es una iniciativa libre, no sujeta a ninguna institución pública o religiosa, en la que los cristianos amantes de la antropología, la ética, la filosofía, la teología y el periodismo abren un espacio de debate.

El sitio web del grupo se presenta así:

"El debate sobre nuevos caminos para la Iglesia en Alemania está en plena marcha: ¿por qué se permite a tan poca gente expresar su opinión? ¿Por qué los sacerdotes no pueden casarse y las mujeres no pueden convertirse en sacerdotes? ¿Quién será bendecido, quién no y por qué? ¿El sexo todavía tiene algo que ver con el matrimonio? Con todo esto, ¿dónde está Dios y mi fe personal? ¡Preguntas necesarias!

"¡Así como ustedes, nosotros también lo preguntamos! Amamos a la Iglesia y queremos desarrollarla. ¡El proceso de reforma necesita un nuevo comienzo y nuevas perspectivas! ¿Quiere saber más sobre los apasionantes debates del camino sinodal? ¿Quiere conocer puntos de vista teológicos y filosóficos alternativos?"

Un manifiesto en forma de brulote

La ACA publicó un manifiesto que advierte contra las gravísimas desviaciones de la Asamblea sinodal alemana y propone tesis para una reforma real. El preámbulo explica:

"Como católicos, estamos convencidos de la necesidad de reformas fundamentales en la Iglesia. Sin embargo, nunca ha habido una verdadera y profunda renovación sin conversión y un cambio de vida a través del redescubrimiento del Evangelio. Esta es la razón por la que el camino sinodal no da en el blanco y se desvía considerablemente del objetivo de una reforma real.

"Al centrarse en la estructura externa, ignora el punto central de la crisis; viola la paz en las comunidades, abandona el camino de la unidad con la Iglesia universal, socava la esencia misma de la fe de la Iglesia y equivale a un cisma". No se puede hablar más claro.

La ACA propone nueve tesis alternativas

La legitimidad del camino sinodal, al que cuestiona totalmente, a nivel canónico, puesto que no es un verdadero sínodo, y a nivel de la representatividad que ha sido sesgada por la intrusión masiva del Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK) al que hace referencia sin nombrarlo explícitamente. Incluso habla de una "redistribución 'secular' del poder" que implica una "secularización interna de la Iglesia".

La manera misma de abordar esta reforma, considerada necesaria, que ignora el aspecto interior, que siempre debe ser lo primero.

El vínculo con la Iglesia universal y con el Papa se relativiza peligrosamente. Basta recordar la oposición al documento de la Congregación para el Clero sobre la organización de las parroquias, la bendición de las uniones homosexuales y su insistencia en pedir la ordenación de mujeres.

El hecho de que la gestión de los casos de abuso sexual por parte de la jerarquía haya servido de pretexto para iniciar una reforma de las estructuras de poder de la Iglesia. El Grupo afirma que no quiere "una Iglesia de funcionarios, de dispositivos hipertrofiados y de rumores instalados permanentemente", aun cuando reconoce la necesidad de un mayor lugar para las mujeres y los laicos en general.

En cuanto al lugar de la mujer, el Manifiesto se siente obligado a afirmar que "las mujeres no deben ser ciudadanas de segunda clase en la Iglesia". Pero subraya el desprecio del camino sinodal por la declaración Ordinatio sacerdotalis en la que se afirma que "la Iglesia no tiene autoridad para ordenar mujeres y que todos los fieles deben cumplir definitivamente con esta decisión".

Ante la proliferación de las uniones sexuales contrarias a la fe de la Iglesia -divorciados vueltos a casar, concubinato, relaciones prematrimoniales- los autores afirman que la Asamblea Sinodal quiere adecuar la doctrina de la Iglesia a las tendencias actuales en el mundo. 

La ACA señala que la Asamblea Sinodal "amplía la perspectiva de la misericordia y la preocupación pastoral por la salvación de todos los seres humanos presente en Amoris Laetitia sin tener en cuenta el pecado". Existe una tendencia a propagar "un derecho a la concupiscencia para todos", que impide la fructífera complementariedad de los sexos y socava la naturaleza del matrimonio.

El Manifiesto explica que "el Camino sinodal confunde la vocación específica del sacerdote al marginar teológica y estratégicamente al sacerdote y al intentar sistemáticamente elevar a los laicos calificados teológicamente sin ordenación para sustituir al sacerdote. Nos oponemos tanto a la secularización del sacerdote como a la clericalización de los laicos".

Finalmente, la ACA cree que la crisis de abusos en la Iglesia está siendo explotada con malos propósitos: "Se puede hablar con razón de un 'abuso de los abusos'. Porque los abusos sexuales se usan de manera sinodal para ejercer presiones en favor de objetivos y posiciones ajenas a la Iglesia. Sin embargo, esto conduce a una distorsión totalmente irresponsable de una discusión que requiere la mayor atención".

El Manifiesto agrega algunas explicaciones relevantes sobre este punto. Por ejemplo, el hecho de que se ignora si otros tipos de iglesias, jerárquicas o no, se ven afectadas de manera similar por los abusos. La reacción a los abusos se ha convertido en una guerra de poder, que tiene en realidad por objeto las demandas de un programa eclesiástico liberal.

Al poner las armas de los innovadores en su contra, los autores dicen que esta actitud revela que los miembros del sínodo se preocupan más por su imagen que por las víctimas. Ni el camino sinodal ni sus propuestas han puesto fin a esta actitud, sino que la han reforzado. Pero la lógica de la autopreservación eclesial conduce aquí, no a una reforma real, sino al ateísmo eclesial.