Pío XII y los judíos: publican en línea la “Lista Pacelli”

Julio 02, 2022
Origen: fsspx.news

A petición del Papa Francisco, se publicó en línea una parte de los archivos de la Secretaría de Estado sobre la ayuda brindada por el Papa Pío XII a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Una forma de retorcerle el cuello a la leyenda negra de un Papa colaborador o indiferente al sufrimiento de millones de hombres y mujeres.

Los investigadores acreditados que han tenido acceso a esta información desde hace algunos años la llaman la "Lista de Pacelli", en referencia a la famosa "Lista de Schindler". Ocupa 170 volúmenes -lo que representa 40,000 archivos digitales- y rastrea la historia, muchas veces desconocida, de 2,700 personas de origen judío que pidieron ayuda a la Santa Sede durante la Segunda Guerra Mundial.

De toda la Europa ocupada por los nazis llegaban docenas, si no cientos, de gritos de ayuda todos los días. Para gestionar la situación, el Papa Pío XII designó a un funcionario de la Secretaría de Estado, monseñor Angelo Dell’Acqua, para hacerse cargo de las solicitudes dirigidas al sucesor de Pedro, con el objetivo de brindar toda la ayuda posible.

¿Cuál era el error de estos hombres, mujeres y niños? Tener orígenes judíos. En su presentación del valioso material digital ahora accesible a todos, monseñor Paul Richard Gallagher, secretario de la Santa Sede para las relaciones con los Estados, especifica las solicitudes que se hicieron.

Estas últimas podían estar relacionadas con la obtención de visas o pasaportes para la expatriación, la obtención de asilo, la reunificación familiar, la liberación de la detención o el traslado de un campo de concentración a otro, la recepción de noticias sobre los deportados, la provisión de alimentos o ropa, el apoyo financiero, el apoyo espiritual y más.

Cada una de estas solicitudes constituía un caso que, una vez tramitado, se conservaba en una serie de documentos confidenciales titulados Ebrei. Este último contiene más de 2,700 casos. Y el prelado de la Curia cita, entre otros, el caso emblemático de Werner Barasch, un judío alemán que se convirtió al catolicismo en 1938.

Recluido en el campo de concentración español de Miranda de Ebro, el joven de veintitrés años se dirigió, el 17 de enero de 1942, al Papa Pío XII en términos directos: "Si le escribo hoy, es para pedirle ayuda desde lejos".

A los pocos días, la Secretaría de Estado se hizo cargo del caso, intervino a través del nuncio de Madrid, y liberó al joven, permitiéndole obtener una visa para Estados Unidos. En 2001, Werner Barasch contó cómo la acción decisiva de Pío XII probablemente le salvó la vida. También se reveló que el Vaticano emitió alrededor de 959 visas a católicos de origen judío para permitirles emigrar a Brasil.

"Este sector brasileño es el resultado de un acuerdo entre la Santa Sede y Brasil. Una de las condiciones era que los solicitantes debían ser católicos de origen judío, convertidos a más tardar en 1935", señala Nina Valbousquet, quien insiste en que los archivos puestos en línea por el Vaticano "no pueden entenderse completamente sin acceder a otros fondos relacionados con este período".

En efecto, sería fácil hablar de un Papa Pío XII preocupado por ayudar únicamente a los judíos convertidos al catolicismo, en detrimento de los que permanecieron apegados a la religión de sus padres. La historiadora, miembro de la Escuela Francesa de Roma, explica: "Si el Vaticano se resistía entonces a ocuparse de los judíos que no se habían convertido al catolicismo, era porque se percibía como una injerencia en la política de países extranjeros".

Y para disipar la leyenda negra del papado durante la guerra, basta recordar cómo conventos y casas religiosas abrieron sus puertas en Roma, por orden del Papa Pío XII, con el fin de ocultar a muchos judíos, en la peor época de la ocupación nazi.