
El séptimo censo nacional de población comenzó el 1 de marzo de 2023 en Pakistán, una república islámica de más de 220 millones de habitantes. Este recuento tiene la particularidad de tomar en cuenta la religión de cada ciudadano paquistaní, para así tener una mayor o menor visibilidad política de las minorías religiosas en el parlamento.
Por primera vez, el censo se hará de forma digital: el gobierno federal publicó en línea varias plataformas para el registro previo, luego de lo cual cada ciudadano recibe una contraseña para acceder al formulario que debe completar.
Al final, se envía un enlace por SMS para que todos puedan verificar la información registrada y modificarla si es necesario. Se supone que la consulta se cerrará el 1 de abril.
Para los cristianos, sin embargo, la desconfianza es imperante: la jerarquía católica insiste en que el número de bautizados fue subestimado durante el último censo de 2017, lo que no estuvo exento de consecuencias negativas a nivel político. Por ejemplo, en 2017, Pakistán tenía oficialmente un 1.27% de cristianos, frente al 1.59% de 1998.
Si se registrara un nuevo descenso, la minoría cristiana podría despedirse de la posibilidad de obtener varios escaños adicionales en el parlamento, única solución para hacer valer sus derechos dentro de una república islámica que amenaza la existencia misma del cristianismo.
Sin embargo, es un hecho que la pequeña comunidad cristiana, marginada y la mayoría de las veces viviendo en la pobreza, no tiene suficiente acceso a información y técnicas para cumplir con los requisitos de un censo digital, considerado por muchos como una forma de amordazar a las minorías.
Así lo señaló en su último informe el Centro para la Justicia Social (CSJ), una organización que intenta movilizar a los cristianos para este censo empoderándolos para que participen: "Por falta de información y confianza, la respuesta del público al censo no es alentadora", lamenta el CSJ.
El CSJ destacó además la falta de preparación, capacitación de los encuestadores y la falta de personal ya que hay muchos errores en el proceso en línea. "Llenar el formulario del censo en línea fue un gran desafío", señaló Ashiknaz Khokhar, un activista católico de la provincia de Punjab.
"Incluso los sacerdotes y las religiosas tuvieron problemas para usar el portal digital", explicó. Y agregó, un poco molesto: "Ninguna de las 81 familias cristianas que visitamos con los empadronadores había logrado registrarse en línea".
El joven denuncia incluso el caso de fabricantes de encendedores cristianos o trabajadores ocasionales que evitan declarar su fe en un documento oficial y prefieren mantener un perfil bajo, por temor a ser víctimas de la venganza musulmana...
Ante el peligro de la desmovilización, la Iglesia no quiere perder el control: por esta razón, los obispos del país han organizado nada menos que once seminarios sobre el censo dirigidos a sacerdotes y fieles, así como cinco reuniones con parlamentarios. Sin mencionar una campaña masiva de carteles para que los adultos se registren.
"Un poco de tinta en el pulgar puede sacar a nuestra comunidad de la oscuridad", dicen los obispos paquistaníes a sus fieles para animarlos a participar en la vida política del país: la cuestión ahora es saber si los cristianos podrán pasar de la almohadilla de tinta a los clics digitales este año...