Providencialmente irrisorio

Febrero 25, 2022
Origen: fsspx.news

Obispos alemanes que apoyan las reivindicaciones de los homosexuales, un cardenal que quiere permitir que los sacerdotes se casen, otro que quiere corregir la moral católica, tal es la triste actualidad de la Iglesia hoy. Tanto más triste porque estos escándalos no suscitan ninguna reacción en Roma.

El silencio es total. Solo se rompe para prohibir la Misa tradicional y para castigar a los sacerdotes y fieles que se adhieren a ella. "Individualistas", "subjetivistas", estos son los epítetos que se les aplican en Roma. La Tradición bimilenaria debe ser erradicada y dar paso a una nueva religión.

Usque quo, Domine? (Sal 12,2) ¿Hasta cuándo, Señor, permitirás la Pasión de tu Iglesia? Los seminarios desiertos, las iglesias vacías, vendidas o destruidas, la práctica religiosa en vertiginosa decadencia; tu Iglesia parece exangüe. Usque quo, Domine?

El 2 de febrero, fiesta de la Purificación, 43 jóvenes tomaron la sotana en tres de los seminarios de la Fraternidad San Pío X, y se preparan para el sacerdocio.

El 12 de marzo, los padres de familia marcharán hacia Chartres y encomendarán sus hogares a la protección de San José.

En Pentecostés, miles de peregrinos de toda Europa se dirigirán a París proclamando "la juventud para Dios, la juventud para la fidelidad".

A los ojos del mundo todas estas manifestaciones de fe son irrisorias, como lo fue la pequeña piedra en la honda de David que derribó al gigante Goliat.

Sí, todo esto es providencialmente irrisorio, porque lo único que se nos pide es que libremos la batalla. ¡La victoria pertenece solo a Dios!

Desde el admirable gesto de Santa Juana de Arco, humilde hija de Lorena, frente a un aguerrido ejército de ocupación, sabemos que las acciones irrisorias van acompañadas de la victoria.

Padre Alain Lorans