Reforma de la Curia romana: reunión a puerta cerrada y cardenales espectadores (1)

Octubre 05, 2022
Origen: fsspx.news
Consistorio el 27 de agosto de 2022

El 27 de agosto de 2022 se celebró en el Vaticano un consistorio para la creación de 21 cardenales. Este consistorio precedió a una reunión de los 200 cardenales presentes en Roma, invitados a refrendar la constitución apostólica Prædicate Evangelium, para la reforma de la Curia romana, los días 29 y 30 de agosto.

Mientras tanto, el domingo 28, Francisco acudió a la basílica de Santa Maria di Collemagio en L'Aquila en Abruzzo, a la tumba del Papa San Celestino V (1210-1296), donde no manifestó la intención de dimitir como lo hizo su ilustre predecesor. Incluso antes de la reunión de dos días sobre la reforma de la Curia romana, varios vaticanistas habían hablado de "cardenales utilizados para distraer la atención" y una "sinodalidad confiscada".

Por ejemplo, Giuseppe Nardi, en el sitio katholisches.info del 22 de agosto: "Lo cierto es que la reflexión a la que los cardenales deberán dedicarse no será un intercambio libre y abierto, claro y honesto, con parrhesia [libertad de expresión], como le gusta decir a Francisco, sino todo lo contrario: ninguno de los cardenales podrá intervenir o hacer preguntas".

En efecto, los cardenales recibieron un detallado informe introductorio de Monseñor Marco Mellino, secretario del Consejo de Cardenales [ex-C9], sobre la Curia romana reformada por la constitución apostólica Prædicate Evangelium, y el prelado les advirtió que no se preveía ninguna intervención o pregunta.

El vaticanista romano explicó: "Aquellos que pensaron -y esto se aplica, por supuesto, en primer lugar, a los cardenales directamente involucrados- que el consistorio sería una oportunidad para pedir a Francisco aclaraciones sobre la reforma de la Curia, que entró en vigor el 5 de junio, o incluso hacer comentarios al respecto, deberían dejar de lado esas expectativas".

El 22 de agosto, en el Monday Vatican, Andrea Gagliarducci escribió: "El Papa Francisco no convoca un consistorio que permita a los cardenales tener discusiones entre ellos, desde 2015. Desde entonces, ya se hablaba de la reforma de la Curia, y hubo debates abiertos y conferencias.

"Hoy, nada de esto parece esperado. Si por un lado los grupos lingüísticos parecen permitir una gran libertad de expresión, los ponentes de los grupos resumirán las conclusiones eligiendo selectivamente lo que quieren de la discusión, dirigiendo el debate".

Sobre estos relatores, el cardenal Philippe Barbarin, a su regreso de Roma, dijo a la agencia suiza cath.ch el 1 de septiembre: "Las actas de las asambleas fueron un poco rápidas, pues los relatores tenían solo 4 minutos para reconstruir lo dicho".

Así lo anticipó Andrea Gagliarducci: "No hay discusión porque la reforma de la Curia ya está hecha, y los cardenales están llamados a tomar nota y recibir las directivas para aplicar la reforma, tanto en el Vaticano como en las curias episcopales de todo el mundo. En definitiva, el Papa Francisco no quiere correr ningún riesgo y procede con la reforma sin abrir un debate interno".

La reforma de la Curia no se puede discutir porque es la aplicación indiscutible del Concilio

Además del temor del Papa a una disputa interna, cabe preguntarse si no hay otra razón para prohibir toda discusión sobre la reforma de la Curia. En la mente de sus autores, esta reforma es la aplicación del Concilio Vaticano II que no puede ser cuestionada, porque inició un movimiento, para ellos, irreversible.

"Sin conocer el Concilio Vaticano II es imposible entender la lógica de esta reforma", declaró el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa (Honduras) durante una conferencia en el Vaticano, el 5 de mayo de 2022. El coordinador del Consejo de Cardenales presentó su libro titulado Prædicate Evangelium, una nueva curia para un nuevo tiempo, publicado por Publicaciones claretianas.

En esta ocasión, el Padre Fernando Prado, religioso claretiano español y coautor del libro, explicó que esta reforma reflejaba la dimensión de una "Iglesia que camina y sirve", en una dinámica de "reforma permanente que no rompe con el pasado [sic]".

En un lenguaje menos amortiguado y contradictorio, por lo tanto, más audaz y lógico, el Padre Nicolas Betticher, canonista suizo, declaró a cath.ch, el 3 de abril de 2022, que Prædicate Evangelium es un "documento explosivo", que llama incluso a un Concilio Vaticano III.

El vicario judicial de la oficialidad interdiocesana de Suiza afirmó que con la nueva constitución apostólica "todos los dicasterios continúan trabajando para el Papa, quien tiene la responsabilidad final y toma todas las decisiones importantes. A primera vista, no hay muchas novedades.

"Excepto que si los laicos, hombres y mujeres, se convierten realmente en jefes de dicasterio [algo previsto por la reforma] y así pasan a formar parte del "consejo pontificio", cabe suponer que tendrán una influencia importante dentro de la Curia. Aquí es donde veo la naturaleza explosiva de este documento".

Y añade: "Supongamos que el Papa crea un 'consejo de ministros'. Este último está conformado por todos los jefes de los dicasterios. En este consejo se sentarán cardenales, obispos, presbíteros, diáconos y laicos, mujeres y hombres. Una nueva dinámica puede surgir de esta diversidad.

"Hombres y mujeres, ordenados y no ordenados, hablan juntos y aconsejan al Papa. De esta dinámica podría surgir la creencia de que es posible establecer una separación de poderes. Es decir, un obispo ya no encarnaría los poderes ejecutivo, legislativo y judicial al mismo tiempo, sino que confiaría, por ejemplo, el ejecutivo o el judicial a una mujer.

Un Concilio Vaticano III podría conducir a una verdadera separación de poderes. Porque se necesita un Concilio para separar los munera, los tres ministerios: munus docendi (enseñanza), munus regendi (gobierno) y munus sanctificandi (ministerio sacerdotal)". – Véase sobre este tema la crítica del cardenal Robert Sarah.