
El 27 de agosto de 2022 se celebró en el Vaticano un consistorio para la creación de 21 cardenales. Este consistorio precedió a una reunión de los 200 cardenales presentes en Roma, invitados a refrendar la constitución apostólica Prædicate Evangelium, para la reforma de la Curia romana, los días 29 y 30 de agosto.
Mientras tanto, el domingo 28, Francisco acudió a la basílica de Santa Maria di Collemagio en L'Aquila en Abruzzo, a la tumba del Papa San Celestino V (1210-1296), donde no manifestó la intención de dimitir como lo hizo su ilustre predecesor. Incluso antes de la reunión de dos días sobre la reforma de la Curia romana, varios vaticanistas habían hablado de "cardenales utilizados para distraer la atención" y una "sinodalidad confiscada".
La primera parte de este artículo señaló que los cardenales no tuvieron oportunidad de discutir la reforma de la Curia, y la razón por la que esto sucedió. Esta segunda parte se centra en los cardenales designados por Francisco.
¿Quiénes son los cardenales creados por Francisco para elegir a su sucesor?
Con la reforma de la Curia, Francisco quiere configurar una Iglesia a su imagen y semejanza: menos institucional, lo que para él significa una Iglesia más "misionera". Una Iglesia también menos romana, lo que, a sus ojos, significa una Iglesia menos "cortesana". Y es en este doble espíritu -menos institucional y menos romano- que creó a los cardenales que compondrán el cónclave encargado de elegir a su sucesor.
Según la agencia cath.ch, desde 2013, el Papa ha convocado 8 consistorios. En total, ha creado 121 cardenales, 95 de los cuales eran electores en el momento de su creación, es decir, tenían menos de 80 años. De estos 95 cardenales, 83, o el 87%, todavía son electores hoy. La edad promedio a la que un prelado se convierte en cardenal elector bajo la mano de Francisco es de 67 años.
El 39% de los cardenales electores creados desde 2013 son europeos. Aunque la proporción de cardenales europeos sigue siendo importante, tiende a disminuir lentamente con cada consistorio. En el cónclave de 2013, los europeos representaban el 52% de los cardenales. Hoy, son solo el 42%.
Al nombrar solo un 39% de los cardenales electores europeos, el Papa Francisco está reduciendo de facto el peso de Europa en el Sacro Colegio. El segundo continente de donde el pontífice argentino ha creado a más cardenales electores es Asia (19%), seguido de África (14%). Estos dos continentes representan ahora, respectivamente, el 15 % y el 12 % del colegio de cardenales electores, frente al 9 % y el 10 % en 2013.
De los 95 cardenales electores creados bajo Francisco, 18 provienen de países que nunca antes habían estado representados en el Colegio de Cardenales Electores: el 33 % proviene de Asia, el 22 % de África, el 17 % de América Central y el 11 % de Oceanía. Estas cifras muestran la especial atención del pontífice hacia las "periferias".
Junto a estos datos cuantitativos, conviene reflexionar sobre la calidad de los cardenales creados por Francisco, como el blog argentino Caminante Wanderer el 10 de julio, que habló sin rodeos de un "Sacro Colegio devaluado".
"Una de las consecuencias más graves del pontificado del Papa Francisco será un Sacro Colegio Cardenalicio, modelado a su imagen y semejanza, que se puede resumir en una palabra: mediocridad", escribe el compatriota del Papa. Y añade: "Francisco mantiene alejadas a las personas competentes; las empuja y relega a un rincón.
"Si ponemos el foco en uno de los cambios más rutilantes que prometió hacer en su gestión, el saneamiento de las finanzas del Vaticano, nos damos cuenta de que expulsó sistemáticamente a todos aquellos que tenían la capacidad y la fuerza para poner las finanzas del Vaticano en orden, como el cardenal George Pell o el Padre Ángel Vallejo Balda.
"Ninguno de ellos aceptó las opacidades que les exigían los más altos círculos, incluido el propio pontífice romano. Fueron expulsados de Roma, y en ambos casos de manera cruel y despiadada. Experimentaron muy de cerca la 'misericordia' pontificia".
Continúa The Wanderer: "El Papa Bergoglio prefiere en cambio rodearse de mediocres a los que puede manipular fácilmente porque saben que se lo deben todo, y así establecer lazos de lealtad difíciles de romper. Es el caso de Monseñor Víctor "Tucho" Fernández, una solemne nulidad, que fue elevado al rango de rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina, arzobispo de La Plata y redactor de encíclicas papales.
O bien, personajes fácilmente chantajeables, como es el caso del incompetente Edgar Peña Parra, subsecretario de Estado, perseguido por un escabroso pasado desde sus años de seminario. ¿Por qué, podemos preguntarnos, eligió como colaboradores cercanos a Monseñor Gustavo Zanchetta, Monseñor Giovanni Ricca o al Padre Fabián Pedacchio? ¿Por su competencia en los cargos o su sabiduría como consejeros? ¿O más bien, por la colección de cadáveres que guardan en sus armarios?
Durante la Misa consistorial que celebró en la basílica de San Pedro el 30 de agosto de 2022, Francisco dio a los cardenales la definición de un verdadero "ministro de la Iglesia": "aquel que sabe maravillarse del plan de Dios y que, en este espíritu, ama apasionadamente a la Iglesia, y está dispuesto a servir su misión donde y como quiere el Espíritu Santo".
Pero Dios escribe derecho sobre los renglones torcidos de los hombres, incluidas los de un Papa. Infaliblemente se realiza su plan para su Iglesia una, santa, católica, apostólica y romana, una Iglesia bimilenaria y no sexagenaria, como creen los reformadores conciliares.