Uganda: duro golpe para el lobby LGBT

Junio 08, 2023
Origen: fsspx.news
Yoweri Museveni, presidente de Uganda

"El presidente aprobó el proyecto de ley contra la homosexualidad 2023, que ahora se ha convertido en el proyecto de ley anti-homosexualidad 2023". Fue a través de este lacónico comunicado de prensa publicado el 29 de mayo de 2023 en su cuenta oficial de Twitter, que la presidencia de Uganda anunció la promulgación de la ley aprobada en el parlamento el 21 de marzo.

La decisión de los parlamentarios causó inicialmente cierto revuelo en la prensa y la opinión pública, al punto que el presidente, Yoweri Museveni, pidió a los diputados revisar el proyecto, incitándolos a precisar que el "hecho de ser homosexual" no era un crimen, sino únicamente las relaciones antinaturales.

El parlamento tuvo a bien ceder en este punto, en una versión modificada al margen y aprobada por unanimidad menos un voto. Sin embargo, los parlamentarios, en contra del consejo del presidente, mantuvieron una disposición que convierte la "homosexualidad agravada" en un delito capital, lo que significa que los reincidentes podrían ser condenados a muerte. Sabiendo que la pena de muerte no se aplica desde hace varios años en el país.

Esta disposición muestra el profundo rechazo de este pecado de ignominia en la sociedad ugandesa, y el deseo de proteger al país de él. Pero parece desproporcionada. Sin embargo, podría decirse que solo pretende ser una amenaza que no se llevará a cabo.

Como era de esperar, los defensores del envejecido progresismo reaccionaron rápidamente con los clichés habituales: el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó una ley "vergonzosa" y un "trágico ataque" a los derechos humanos. También mencionó las posibles consecuencias relacionadas con el maná financiero que Estados Unidos otorga a Uganda. El dinero es dinero…

Por su parte, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, habló de una ley deplorable, mientras que el número 10 de Downing Street expresó su "consternación".

Del lado de la Iglesia católica ugandesa, menos complaciente que los episcopados europeos en cuestiones relativas a la ley natural, la historia no es la misma: los obispos habían aprobado inicialmente el proyecto de texto. Además, monseñor Charles Kasibante, vicario general de la diócesis de Kampala, firmó una declaración en febrero expresando su "gran preocupación" por "la creciente propagación de la homosexualidad y la agenda LGBT en Uganda".

Cuando se aprobó la ley, el Padre Pie Male, canciller de la arquidiócesis de Kampala, incluso declaró a Monitor que "la Iglesia está agradecida de que Museveni firmara la ley porque las escrituras son claras en su oposición a la homosexualidad".

Anita Annet Among, una ferviente católica que se desempeña como presidenta del parlamento, tuiteó por su parte: "Agradezco a mis colegas por haber votado en beneficio del país y por resistir toda intimidación externa".

El líder anglicano de Uganda declaró estar también "agradecido" por la nueva ley que convierte la homosexualidad "agravada" en un delito punible con la muerte, lo que marca una mayor distancia con sus pares en el Reino Unido.

En Santa Marta, solo hay silencio por el momento. Aunque el Papa Francisco se opuso claramente a la criminalización de la homosexualidad en enero pasado, declarando que "no es ni buena ni justa". Los servicios diplomáticos del cardenal Pietro Parolin se mantienen vigilantes para evitar un lío diplomático.