Un arzobispo chino denuncia el acuerdo sino-vaticano

Agosto 31, 2021
Origen: fsspx.news
Monseñor Hon Tai-fai

Mucho se ha escrito sobre el acuerdo firmado entre la Santa Sede y Beijing en 2018: la última posición adoptada por el nuncio apostólico en Grecia, un prelado chino, denuncia la "ceguera" de los diplomáticos romanos.

Exsecretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y cercano al cardenal Joseph Zen, Monseñor Savio Hon Tai-fai, religioso salesiano, ocupa el cargo de nuncio apostólico en Grecia desde 2017.

Su discurso del 6 de agosto de 2021, con motivo del 28° encuentro internacional de la Asociación Católica China-Estados Unidos, no pasó desapercibido, por decir lo mínimo.

El arzobispo esbozó sin rodeos un panorama en tres etapas de la situación que la Iglesia católica ha experimentado en China desde el advenimiento del totalitarismo comunista en 1949.

Según su opinión, la primera etapa, que abarca el período 1949-1980, se puede resumir en dos términos: "resistencia y división".

Durante estos años de plomo, "muchos líderes católicos fueron arrestados, la Iglesia se dividió entre una miríada de comunidades, algunas clandestinas, otras reconocidas por el Partido Comunista Chino (PCCh)", explicó Monseñor Hon.

La intención del PCCh entonces era "dividir al pueblo para controlarlo más fácilmente".

En esa época, la Santa Sede "se esforzó por normalizar las relaciones diplomáticas, mientras animaba a los católicos a permanecer fieles a Roma, insistiendo en que una iglesia autocéfala no puede ser católica", explicó el actual nuncio en Grecia.

Bajo el poder de Deng Xiaoping, comenzó una nueva y relativamente pacífica era para los católicos en China, resumida en los términos de "crecimiento" y "reconciliación": "las dos comunidades divididas comenzaron a adoptar una actitud conciliadora una hacia la otra, especificó Monseñor Hon, quien agregó que el Vaticano buscó entonces establecer "un diálogo con el régimen, y promover la reconciliación entre la Iglesia clandestina y las comunidades reconocidas por el PCCh".

El año 2013 marcó un verdadero punto de inflexión, con la llegada concomitante del Papa Francisco y Xi Jinping al escenario internacional. Aquí comienza lo que el amigo del cardenal Zen denuncia como "la ceguera del Vaticano".

A partir de entonces "la Iglesia clandestina se sintió abandonada por la Santa Sede", declaró Monseñor Hon, quien comparó, con cierta osadía, la situación actual de la Iglesia en China, con la epidemia de Covid-19: en su opinión, el acuerdo firmado en 2018 entre el Vaticano y China, que implica el reconocimiento de los obispos chinos excomulgados por haberse afiliado al PCCh, constituye un primer "virus".

Cuando en 2019, la Santa Sede dio libertad a los católicos chinos para registrarse en las estructuras oficialmente reconocidas por el poder comunista, el nuncio en Grecia habló de una "mutación del virus".

Y el arzobispo concluyó diciendo: "En el drama que tiene lugar ahora, ¿a qué me pareceré? ¿A una caña que se dobla con el viento, o a 'un hombre para la eternidad'?", preguntó Monseñor Hon, refiriéndose a la obra epónima que evoca la figura del mártir Santo Tomás Moro, quien no dudó en derramar su sangre oponiéndose al rey Enrique VIII para defender la doctrina y la libertad de la Iglesia.

Y respondió: "Yo prefiero lo segundo".

Monseñor Hon, nacido de padres paganos, solicitó el bautismo a la edad de diez años, y entró en el seminario menor dos años después. Recibió en su nacimiento el primer nombre de Tai-Fai, que en cantonés significa "gran luz". Todo un programa de vida...