Una nueva división dentro de la Pontificia Academia para la Vida

Julio 26, 2022
Origen: fsspx.news

La Dra. Mónica López Barahona, miembro del Consejo Administrativo de la Academia Pontificia para la Vida y presidenta de la Fundación Jerome Lejeune en España, comentó la reciente publicación de un libro de esta institución vaticana, cuyo contenido contradice el Magisterio de la Iglesia, y lamentó que no se hubiera consultado al Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

"No es cierto que la Iglesia o el Magisterio hayan cambiado sus criterios morales respecto a ciertas cuestiones de bioética; ni siquiera que el Vaticano haya iniciado un proceso de revisión de estos temas", declaró en una entrevista.

La doctora es categórica: "De ninguna manera este volumen representa una declaración oficial de la Academia y menos aún un cambio en el Magisterio de la Iglesia que, como se sabe, está contenido únicamente en las encíclicas papales, las instrucciones del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y las declaraciones magisteriales explícitas".

La polémica se deriva de la presentación del libro como "una contribución que elabora una visión cristiana de la vida, presentándola desde la perspectiva de una antropología adecuada a la mediación cultural de la fe en el mundo de hoy". El documento, titulado "Ética Teológica de la Vida: Escritura, Tradición y Desafíos Prácticos", es un resumen de 528 páginas de un seminario teológico patrocinado por la Pontificia Academia para la Vida en 2021.

La Doctrina de la Fe "debería haber revisado el texto"

López Barahona explica que "algunas de las declaraciones contenidas en el volumen parecen contradecir el Magisterio de la Iglesia". Entre ellas, posiciones a favor de "la posible licitud de la anticoncepción en determinados casos".

También a favor de "la licitud de determinadas técnicas de reproducción asistida en ciertas condiciones (sin pérdida de embriones)". Y tercero, apoyar "la inexistencia de acciones inherentemente malas".

Estas posiciones violan la doctrina de los documentos magisteriales Humanae Vitae, Donum Vitae y Veritatis Splendor que, por otro lado, se afirman en otras partes del controvertido documento, según la doctora y miembro de la junta directiva de la Pontificia Academia para la Vida.

López Barahona también denuncia que "no se incluyen en el texto todas las aportaciones de las personas que participaron en el seminario", al tiempo que recuerda que "ha habido voces discordantes y críticas de lo expuesto en el texto".

Por otro lado, la doctora llama la atención sobre el hecho de que este tipo de publicaciones "requiere un proceso de elaboración y publicación más cuidadoso con todas las instancias involucradas, como el Dicasterio para la Doctrina de la Fe que, en mi opinión, debería haber revisado el texto antes de su publicación".

El Consejo Administrativo de la Academia no tenía conocimiento del texto antes de su publicación

No es raro que los miembros de la Academia entablen un diálogo con personas que tienen otras opiniones sobre bioética. Pero "tal discusión debería haber sido llevada a la atención del consejo administrativo" para su evaluación y "no ser publicada hasta que hubiera sido revisada y evaluada por la autoridad adecuada de la Iglesia".

La doctora señala que "el libro no es un pronunciamiento oficial de la Pontificia Academia para la Vida sobre estas materias" ni representa "las normas morales de todos sus miembros", aunque algunos de ellos asistieron al seminario en el origen de la controversia.

La prueba es que algunos quedaron desconcertados con la noticia de la publicación del libro y del seminario, del cual ignoraban su existencia. La confusión se extendió a muchas personas que se sorprendieron y consultaron a la Academia. El documento "causó confusión e indignación en los medios y en las redes sociales".

De hecho, algunos medios de comunicación publicaron titulares como "el Vaticano abre el debate sobre el uso de anticonceptivos 'en determinadas circunstancias'".

Todas estas dificultades no son nuevas: provienen de la reestructuración de la teología moral después del Concilio Vaticano II y la confusión que esto creó. En particular, la reducción de la infalibilidad de la Iglesia en el campo moral "a un mínimo" según el cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Si la Iglesia puede definir infaliblemente solo un mínimo de moralidad, esto significa que hay acciones humanas que no están relacionadas con el objetivo eterno. O que hay situaciones en las que los principios no bastan, y que cada uno debe valorar según su conciencia.

Esta es precisamente la doctrina común hoy, que se manifiesta regularmente en las dificultades a las que se enfrentan los miembros de la Pontificia Academia para la Vida, y en las controversias que esta última experimenta con demasiada frecuencia.