Wuhan: de un cisma a un peligro viral

Abril 03, 2020
Origen: fsspx.news

En medio de todo el caos ocasionado por la presente pandemia, muchos han olvidado mencionar que fue en la ciudad de Wuhan (China), en 1958, donde fueron consagrados de forma ilícita los primeros obispos chinos contra la voluntad de la Santa Sede, inoculando en el país el virus de un cisma que todavía sigue causando estragos espirituales.

Wuhan, 12 de mayo de 2010. Diez años antes del virus SARS-CoV-2 que se desataría, como una ola asesina, sobre un mundo cuyos dogmas son el materialismo, el hedonismo, la ciencia y el progreso técnico, un obispo de 90 años - Monseñor Bernardin Dong - moría en un hospital. Había padecido cáncer de pulmón durante varios años.

Bernardin Dong nació el 1 de abril de 1917. Habiendo ingresado a los franciscanos en 1934, fue ordenado sacerdote en 1942. Algunos años más tarde, su Ordinario fue expulsado. Se traba del obispo de Hankou, Monseñor Maurice Rosa, un franciscano italiano que tuvo que abandonar la China comunista el 2 de octubre de 1952.

Por lo tanto, el Padre Dong fue, como todo el clero católico, sometido a las persecuciones del Partido Comunista Chino (PCCh), que condujeron en 1957 a la creación de la Asociación Patriótica de Católicos Chinos.

Bernard Dong se sometió a las directivas del PCCh. Participó en el Congreso Nacional de Católicos Chinos organizado para la ocasión en Beijing, y un año después, el 13 de abril de 1958, se convirtió en uno de los dos primeros obispos cismáticos ordenados contra la voluntad de Roma, precisamente en la ciudad de Wuhan...

Casi treinta años después, a principios de la década de 1990, cuando se produjo una relativa relajación en el país, bajo el reinado de Deng Ziaoping, Monseñor Bernardin Dong se "reconcilió" en presencia de dos obispos de la Iglesia clandestina, reconocida por Roma: Monseñor Petrus Zhang Boren, obispo de Hanyang, y Monseñor Odoric Liu Hede, obispo de Hankou, ambos religiosos franciscanos como Bernardin Dong.

Aunque Roma finalmente reconoció el carácter episcopal de Monseñor Bernardin Dong, este último, ya muy débil y casi postrado en cama, fue utilizado por las autoridades chinas hasta el final de su vida. El 30 de abril de 2006, desde su silla de ruedas, fue obligado a presidir, asistido por ocho obispos cismáticos, la ceremonia de ordenación episcopal de Joseph Ma Yinglin. Llevado a cabo en Kunming, este acto fue cismático, ya que el soberano pontífice se negó a otorgar su mandato pontificio.

El virus del cisma iniciado en Wuhan en 1958, que atacó la unidad de la Iglesia, es sucedido, sesenta años después, por un coronavirus que ataca los pulmones de los mortales. Aunque, en realidad, nada de esto debe resultar sorprendente, ya que los hombres se han olvidado de la oración, que es la verdadera respiración del alma...