14 de septiembre: Exaltación de la Santa Cruz
Originalmente, hoy se celebraba la invención de la Santa Cruz por Santa Elena, el 14 de septiembre del año 320, y, al mismo tiempo, la dedicación de la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. Esta celebración se fue extendiendo poco a poco en Occidente.
Más tarde, el 3 de mayo comenzó a celebrarse la invención y, el 14 de septiembre, la restitución de la Cruz al emperador Heraclio por los persas en el año 628. El propio emperador entregó la sagrada reliquia al patriarca Zacarías, el 3 de mayo de 630.
El objeto de esta fiesta nos permite discernir su significado más profundo. Es la glorificación de la Cruz, signo de la Redención.
La fiesta expresa muy bien las dos corrientes de la liturgia: por un lado, considera en Cristo al Divino Rey glorificado; por el otro, nos presenta a Cristo como hombre con los crueles sufrimientos de su Pasión.
Honramos la Cruz porque vemos en ella el estandarte del Rey, el árbol de la vida, adornado con la púrpura del Rey, la balanza en la que se pesó el precio de la Redención, el memorial de la victoria de la Redención triunfante; pero es también el patíbulo, el instrumento del suplicio de Cristo sufriente.
Con emoción, la Iglesia celebra ahora, en otoño, esta fiesta de la Redención; la Cruz se "eleva" contra las tinieblas del invierno que se acerca, símbolo del poder del infierno.
La Iglesia eleva "el signo del Hijo del Hombre", que aparecerá en su segundo advenimiento, durante su regreso glorioso. Este es también el tema de los textos litúrgicos de los últimos domingos después de Pentecostés.
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Fuente: Pius Parsch – FSSPX.Actualités