27 de enero de 1894: el día que Juana de Arco fue declarada Venerable

Fuente: FSSPX Actualidad

El 27 de enero de 1894, el Papa León XIII otorgó a Juana de Arco el título de "venerable", allanando el camino para la canonización de la santa veintiséis años después. En esa ocasión, el Papa declaró: "Juana es nuestra". Paralelamente, en Francia, el anticlericalismo que imperaba en la vida política atacaba los derechos de la Iglesia.

Sepultada bajo el peso de los siglos y las numerosas convulsiones que habían marcado la historia de Francia, la causa de Juana de Arco salió del olvido en el siglo XIX. Entre 1841 y 1849, el archivero Jules Quicherat actualizó los voluminosos informes de los procesos de Juana de Arco.

Estos fidedignos documentos elaborados con rigor por el cartista, antiguo alumno de Michelet y consumado anticlerical, revelaban las virtudes de Juana y su fuerza de carácter. Asimismo, suscitaron un renovado interés por la Doncella, en todos los círculos, tanto católicos como anticlericales.

En respuesta a los escritos republicanos que encerraban a Juana en el papel de heroína nacional, el Padre Barthélémy de Beauregard fue el primer autor católico en publicar, en 1847, una biografía de Juana de Arco. Unos años más tarde, el historiador Henri Wallon logró gran éxito en los círculos católicos con su Histoire de Jeanne d' Arc en 1860.

El obispo de Orleans, Monseñor Félix Dupanloup, abrumado por las diversas publicaciones, declaró en 1855: "Juana de Arco fue verdaderamente una enviada de Dios".

El prelado se convertiría en la pieza central del reconocimiento por parte de la Iglesia de la santidad de la doncella de Orleans: fue él quien en 1869 presentó la solicitud oficial para su canonización, y lanzó la constitución del expediente preparatorio de la causa.

Por su parte, monseñor Albert de Briey, obispo de Saint-Dié, dirigió la construcción de una basílica en Domrémy, donde se llevó a cabo en 1878 la primera gran peregrinación católica.

Unos años más tarde, cuando la tercera república masónica y anticlerical atacaba cada vez más los intereses de la Iglesia y de los católicos franceses, el Papa León XIII firmó el decreto otorgando a Juana el título de venerable: era el 27 de enero de 1894.

En esa ocasión, el sucesor de Pedro pronunció estas memorables palabras: "Juana es nuestra".

Francia acogió con gran alegría la noticia de este primer éxito de la causa de Juana de Arco, y en todas las ciudades importantes, en particular París y Orleans, se organizaron festivales. Los obispos convocaron a los fieles a sus catedrales para cantar alabanzas a la Doncella y escuchar discursos en su honor.

Así, en Notre-Dame de París, el 22 de abril de 1894, se celebró con gran solemnidad la bendición de un estandarte, facsímil del de Juana. En un principio, las autoridades civiles y militares aceptaron las invitaciones del clero para estas manifestaciones tan francesas, pero, después de un tiempo, el gobierno prohibió esta participación oficial: la ruptura pronto se consumaría...

El resto de la historia es conocido: beatificada el 18 de abril de 1909 por el Papa San Pío X, Santa Juana de Arco sería inscrita en el catálogo de santos de la Iglesia Universal el 16 de mayo de 1920 por el Papa Benedicto XV.