Alemania: expulsado de la Iglesia por rechazar el "lenguaje inclusivo"

Fuente: FSSPX Actualidad

El profesor Walter Krämer

El presidente de la Asociación para la Lengua Alemana, Walter Krämer, se vio obligado a "abandonar la Iglesia" en Alemania por no querer someterse a la ideología de género, en particular a la escritura inclusiva.

Nacido en 1948, Krämer no es ningún extraño. Es un reconocido economista, es profesor de estadística económica y social en la Universidad Técnica de Dortmund. También es el fundador de la Asociación para la Lengua Alemana (Verein Deutsche Sprache), que cuenta con más de 36,000 miembros y participa activamente en la promoción y defensa de la lengua alemana.

La Asociación "se compromete a garantizar que el alemán no se convierta en un dialecto del final del día, sino que siga siendo un idioma de cultura, economía y ciencia", según se explica en su sitio web. Krämer también es vicepresidente de la Academia de Ciencias y Artes de Renania del Norte-Westfalia.

Durante años, este amante del lenguaje de Goethe ha luchado contra la insoportable distorsión del lenguaje inclusivo transmitido por la ideología de género, a la que le ha dado el sobrenombre de Gaga-Gender.

Oposición a la introducción del lenguaje inclusivo en la Iglesia

Recientemente, se enfrentó al obispo de la diócesis de Hildesheim, al protestar por un panfleto que promueve el lenguaje inclusivo. No queriendo contribuir económicamente a esta degradación, que es al mismo tiempo una abdicación y un peligro para la fe, pidió pagar el impuesto eclesiástico en otra diócesis.

Como se sabe, la Iglesia de Alemania es financiada con los impuestos eclesiásticos. El contribuyente debe indicar a quién quiere destinar este dinero, casi el 10% de los impuestos. De este modo, las personas registradas como católicas dan este dinero a la Iglesia. 

Krämer preguntó si era posible pagar este impuesto en otra diócesis, pero la asociación diocesana rechazó su petición debido a su lugar de residencia. Como resultado, decidió no pagar más este impuesto, declarando, sin embargo, seguir siendo católico.

La explicación

El 17 de noviembre, el economista y exterminador del lenguaje inclusivo explicó sus razones en una carta publicada en el sitio web de su asociación.

"Al usar un lenguaje cada vez más inclusivo, la Iglesia católica se está alejando de los fieles", declaró. "En abril, el Comité Central de Católicos (ZdK) decidió utilizar el asterisco de género. La 'organización de laicos' se ha convertido en 'organización de *laic*'. En lugar de mantenerse al lado de los fieles y hablar su idioma, la Iglesia católica prefiere seguir una tendencia que está abriendo una brecha en las relaciones interpersonales".

"En tiempos de mala gestión de los casos de abuso y de las restricciones sanitarias, la Iglesia no encuentra nada mejor que hacer que promover el lenguaje supuestamente apropiado para el género como portador de la salvación. En lugar de mantenerse al lado de los fieles y hablar su idioma, la Iglesia católica prefiere seguir una tendencia que está abriendo una brecha en las relaciones interpersonales", señaló con fuerza Krämer.

“La Juventud Católica (KjG) pone en tela de juicio incluso el concepto mismo de Dios que escriben como "Dio*"; la Juventud Estudiantil Católica (KSJ) ya utiliza esta versión", agregó. "Con el mayor uso del lenguaje inclusivo, la Iglesia católica se está alejando de los fieles", explicó.

Una crítica muy pertinente

El amante de la lengua alemana tiene razón. La "teóloga" y vicepresidenta de la (muy progresista) asociación de mujeres católicas alemanas, Agnes Wuckelt, dijo que, en definitiva, esto "da como resultado la gran oportunidad para que personas diversas sean también imagen de Dios y sean amadas por Dios".

De esta forma, "las personas que no sienten pertenecer al género masculino o femenino experimentarían la justicia en un contexto religioso-teológico", agregó. - Sin comentarios.

Mientras tanto, la KSJ anunció que hará "campaña para propagar otra imagen de Dios", que estará "lejos del anciano blanco, barbudo y punitivo: un Dio* de la diversidad". Se justifican diciendo "después de todo, a Dio* no se le puede asignar ningún género u otra categoría humana".

Esto es correcto, pero, por un lado, la palabra "Dios" tiene un género, y, por otro lado, Dios se reveló a Sí mismo como Padre y se encarnó como Hijo, lo aceptemos o no.

Conclusión

Walter Krämer quería seguir siendo católico, quería seguir pagando el impuesto eclesiástico, pero en una diócesis que no se someta a un lenguaje destructivo de la fe. A personas como él, la "Iglesia misericordiosa de Alemania" responde: ya no eres católico, ni siquiera puedes ser enterrado en un cementerio católico.