Alemania: promoción de la bendición para las parejas "irregulares"

Fuente: FSSPX Actualidad

La mesa directiva del Comité sinodal

El Comité Sinodal, encargado de implementar las decisiones del Camino Sinodal, ha publicado un texto titulado "La bendición da fuerza al amor" sobre las bendiciones "para las parejas que se aman". El texto ha sido elaborado por la Conferencia Conjunta el 4 de abril de 2025, que reúne a la Conferencia Episcopal de Alemania y al Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK).

El "manual", como indica su subtítulo, se hizo público el pasado 22 de abril. Algunos movimientos conservadores, como Maria 1.0 acusan a los obispos alemanes de aprovechar la vacante de la Santa Sede para avanzar en sus planes, sobre todo teniendo en cuenta que, en el marco del comité sinodal, no pueden publicar nada sin coordinarse con Roma. Pero más allá de esta posibilidad, que no hay que descartar, el texto es totalmente inaceptable.

Los considerandos citan abundantemente la Declaración Fiducia supplicans y señalan que "las parejas no casadas por la Iglesia, las parejas divorciadas y vueltas a casar, así como las parejas en toda la diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género, forman parte naturalmente de nuestra sociedad". El término "naturalmente" es absolutamente inexacto, porque no es la "naturaleza" la que está en cuestión, sino la voluntad pecaminosa del hombre.

El texto continúa: "Un número considerable de estas parejas desean una bendición para su relación. (...) Tal petición es una expresión de agradecimiento por su amor y la manifestación de su deseo de construir ese amor a partir de su fe". Lo que significa para los autores que este amor, contrario a la voluntad del Creador, es bueno.

Para explicar el origen de este manual, los autores recuerdan que "la decisión de la asamblea sinodal preveía presentar rápidamente propuestas elaboradas conjuntamente por la Conferencia Episcopal de Alemania y el ZdK sobre las condiciones generales y la organización de las bendiciones. La presente guía responde a este mandato".

El manual explica que "se pueden dar los siguientes consejos para la práctica". Por ejemplo, "tanto los ministros ordenados como las personas que han recibido una delegación episcopal para el culto pueden proceder a estas bendiciones", lo que amplía las posibilidades de la bendición.

Y añade que quienes "estén convencidos de no poder conciliar una bendición con su conciencia (...) deben orientar a la pareja que solicita la bendición hacia personas que les puedan apoyar". En otras palabras, quienes se niegan a participar en una blasfemia "deben" colaborar en ella: tal es la práctica del comité sinodal.

El texto exhorta a la "espontaneidad" y precisa que "no se prevé ninguna celebración litúrgica ni oración aprobada para las bendiciones"; añade también que "las bendiciones deben concebirse de manera que no haya confusión con la celebración litúrgica del sacramento del matrimonio".

El manual precisa que hay que "animar a la pareja" y, para ello, "todos los que participan en la bendición deben tomar parte (...) con aclamaciones, oraciones y cantos". Por eso, la espontaneidad de estas bendiciones "debe combinarse con el cuidado puesto en la preparación". Si el lector empieza a encontrar el texto extraño y contradictorio, no se equivoca.

Y para colmo, "la forma en que se imparte la bendición, el lugar, la estética en su conjunto, incluida la música y los cantos, deben dar testimonio del aprecio hacia las personas que solicitan la bendición, de su interacción y de su fe". No se especifica el lugar: puede ser cualquier sitio, incluso una iglesia.

Finalmente, por si no fuera suficiente ignominia, "deberían recitarse textos bíblicos adaptados a la situación y, si procede, interpretarse en el marco de la bendición. (...) La oración de la bendición termina con una alabanza a Dios". Así, la Sagrada Escritura, que condena definitivamente estas situaciones pecaminosas, es utilizada para hacer creer que las fomenta...

En resumen, estas bendiciones deben ser respetuosas con el pecado; deben ser espontáneas, pero pueden revestirse de una pompa que contradice este carácter libre; deben utilizar la Sagrada Escritura, la Palabra de Dios, para magnificar un amor que el Espíritu Santo —que inspiró a los escritores sagrados— condena sin ambigüedad.

Por último, para los obispos alemanes, el pecado en el que viven todas estas parejas es totalmente ignorado, o más bien, es aprobado, ya que el "amor" que los anima es un valor que puede construirse "a partir de la fe". No hay nada que hacer, el episcopado alemán está, como mínimo, en cisma y, más seguramente, en herejía. El futuro Papa tendrá mucho trabajo por delante, a menos que él también lo apruebe...