Argentina: la Marcha por la Vida reúne a 3.6 millones de personas

Los manifestantes coreaban consignas como "Yo voto por la vida", y portaban pancartas en las que se podía leer: "Tengo derecho a nacer. Tengo ocho semanas. Mi vida está en tus manos", según reportó el diario La Nación.

Uno de los 350,000 manifestantes que marcharon por la capital de Buenos Aires declaró al diario argentino: "queremos demostrar a los diputados que el pueblo no quiere la legalización del aborto, pues éste destruye dos vidas: la del niño y la de la madre."

El proyecto de ley, que deberá ser examinado el 13 de junio, prevé la práctica del aborto hasta la semana 14 de gestación, con los gastos totalmente cubiertos por el Estado. Nunca antes este proyecto había ido más allá del los comités parlamentarios, pero esta vez la posibilidad de éxito está muy cerca de convertirse en realidad.

Si bien las primeras encuestas realizadas hace algunos meses indicaban que la mayoría de los argentinos estaban a favor de la legalización del aborto, una encuesta reciente, comandada por el gobierno, señala que ahora el número de personas pro-vida está casi a la par de los partidarios de la muerte de los niños por nacer: entre 45 y 46% de los encuestados.

El 19 de mayo, en Roma, 5,000 personas marcharon también por la vida, acompañadas del Cardenal Raymond Burke, exnuncio en los Estados Unidos, de Monseñor Carlo Maria Vigano y del arzobispo emérito de Ferrare Comacchio, Monseñor Luigi Negri. También estuvo presente Viviane Lambert, madre de Vincent Lambert, el hombre de 42 años de edad que vive en un estado pauci-relacional desde hace varios años, a quien el equipo médico del CHU de Reims quiere suprimir la alimentación e hidratación.

La Marcha por la Vida italiana conmemora el 40° aniversario de la legalización del aborto en el país: Virginia Coda Nunziante - organizadora de la Marcha en Italia - calcula que cada año 6 millones de bebés son abortados en su país.

La movilización relativamente escasa en Roma, en comparación con Argentina, destaca una vez más la agonía espiritual de la vieja Europa.