Armenia es atacada en medio de un silencio ensordecedor
Escena de guerra en Nagorno Karabaj
El foco de atención sobre el conflicto entre Ucrania y Rusia ha dejado en segundo plano la reanudación del combate entre Armenia y Azerbaiyán, que dejó 170 muertos en dos días. El Patriarca católico de los armenios denunció la inacción de la comunidad internacional.
En la noche del 12 al 13 de septiembre de 2022, el ejército de Azerbaiyán violó repetidamente la integridad del territorio armenio, sin dudar en bombardear diferentes localidades. En cuestión de horas, al menos cincuenta soldados armenios perdieron la vida.
Los dos países se culpan mutuamente de los enfrentamientos, que provocaron la huida de cientos de civiles armenios que vivían en la zona fronteriza: Azerbaiyán justifica su intervención alegando que su vecino no respetó el alto al fuego en vigor en la región de Nagorno-Karabaj desde 2020, lo cual Armenia niega formalmente.
En efecto, se dice que el ataque de Azerbaiyán tiene como objetivo presionar a Armenia para que implemente ciertas cláusulas del acuerdo de alto al fuego firmado hace dos años: "Bakú quiere presionar a Armenia para que firme un tratado de paz que reconozca su integridad territorial, desmilitarizando completamente Nagorno-Karabaj, y estableciendo una demarcación de la frontera", explicó el analista azerbaiyano Zaur Shiriyef, citado por La Croix.
Antes de la guerra de 2020, los dos países ya se habían enfrentado en la década de 1990 por Nagorno-Karabaj, conflicto que dejó más de 30,000 muertos. Nagorno-Karabaj es un enclave poblado principalmente por cristianos armenios que se separaron de Azerbaiyán, un país de mayoría musulmana, con el apoyo de Armenia.
El 15 de septiembre pasado, gracias a la mediación de Rusia, se decretó un nuevo alto al fuego, que hasta ahora había sido respetado, pero en pocas horas murieron más de 170 personas.
El mismo día, el Patriarca de los católicos armenios, monseñor Rafael Pedro XXI Minassian, publicó una declaración condenando la agresión de la que Armenia acababa de ser víctima: "Esta Tierra agredida se llama Armenia, es una agresión contra la humanidad, la justicia y la conciencia humana", afirmó con indignación el alto prelado.
Un ataque perpetrado en la mayor indiferencia, denuncia monseñor Minassian: "Hoy todavía hay muertos, destrucción y miles de refugiados. Pero nadie habla de eso. Ningún poder internacional dice, 'atrás, no tienes derecho a hacer esto'. De lo único que estoy convencido es que a ninguna nación ni potencia mundial le interesa el pueblo armenio".
Una nueva fuente de petróleo y gas para Europa
Este silencio no sorprende: los temas del petróleo y el gas tienen que ver con la reanudación del conflicto en Nagorno-Karabaj. Efectivamente, el enclave separatista armenio se encuentra a pocos kilómetros de los dos oleoductos que permiten a Azerbaiyán exportar sus hidrocarburos a Turquía, y próximamente a Europa.
Mientras la Unión Europea (UE) pretende prescindir del gas y el petróleo rusos en nombre de la política belicosa del líder del Kremlin, recurre a otro régimen autoritario que se burla de la independencia de su vecino para abastecerse: una vara de doble medida con la que es muy poco probable que Europa gane credibilidad.
Fuente: Servizio Informazione Religiosa/Le Monde – FSSPX.Actualités
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