Armenia: tensiones entre la Iglesia apostólica y el Estado

Fuente: FSSPX Actualidad

Catedral de Etchmiadzin, de la Iglesia Apostólica Armenia

El primer ministro armenio inició un enfrentamiento con la Iglesia Apostólica Armenia (EAA), una institución milenaria y pilar de la identidad nacional, que no es católica. El 10 de junio de 2025, en un mensaje publicado en Telegram, Nikol Pashinián pidió la destitución de su líder supremo, el catholicos Garegín II.

Cabe señalar que este último, en 2020, tras la derrota armenia frente a Azerbaiyán en el conflicto de Nagorno Karabaj, exigió públicamente la dimisión del jefe del gobierno...

En Armenia, cuna del cristianismo, la tensión entre la Iglesia y el Estado armenio está en su punto álgido. Diez días antes de su llamamiento a destituir a Karekin II, Nikol Pashinyan ya había sembrado la polémica al lanzar una grave acusación, insinuando que el catholicos habría roto en el pasado su voto de celibato monástico.

"Si se demuestra que Karekin II ha violado este voto, no puede seguir siendo catholicos de todos los armenios", declaró el jefe del gobierno, instando al sínodo de Echmiadzín —máxima autoridad espiritual— a pronunciarse sobre esta acusación. Anna Akopian, esposa del primer ministro, se sumó a las críticas y acusó públicamente a la Iglesia de ser un hogar de "pedófilos", un ataque de una virulencia sin precedentes contra una institución venerada por la mayoría de los armenios.

El 2 de junio, el sínodo de la Iglesia armenia publicó un comunicado en el que denunciaba unas declaraciones "profanas, inapropiadas e indignas" y un "comportamiento odioso" que constituían una amenaza para el Estado armenio. Según el sínodo, la hostilidad del primer ministro hacia la institución eclesiástica está dictada por motivos políticos que pretenden debilitar su autoridad moral y reducir su influencia en la esfera pública.

La Iglesia Apostólica Armenia fue fundada en el siglo IV y convirtió a Armenia en el primer país en adoptar el cristianismo como religión oficial. Sin embargo, se convirtió en una iglesia cismática al rechazar el Concilio de Calcedonia (451). Ocupa un lugar central en la vida espiritual, cultural y nacional: con un 92% de la población que se declara fiel a esta institución, su influencia es indiscutible.

La Constitución armenia le confiere un estatus especial, subrayando su "papel excepcional" en la preservación de la identidad nacional y el desarrollo de la cultura. A lo largo de los siglos, esta confesión cristiana ha sido un refugio para el pueblo armenio, especialmente en períodos de crisis, como durante el genocidio de 1915 o, más recientemente, durante el conflicto de Nagorno-Karabaj.

Este territorio, considerado por los armenios como la cuna de su patria, ha exacerbado las tensiones entre Nikol Pashinián y Karekin II. Durante la guerra de 2020, la Iglesia Apostólica movilizó sus recursos para apoyar a los soldados armenios, invocando "el alma de los armenios" y su derecho a la autodeterminación.

Tras la derrota, acogió a los refugiados que huían del enclave, mayoritariamente poblado por armenios, hasta su expulsión por las fuerzas azerbaiyanas en septiembre de 2023. Karekin II, al pedir la dimisión del primer ministro de entonces, cristalizó el descontento popular ante una debacle militar percibida como una humillación nacional.

La cruzada de Nikol Pashinyan contra el líder de la IAA se inscribe en un contexto más amplio: su proyecto de transformación de Armenia, al que ha bautizado como "Armenia real". Lanzada en febrero de 2025, tras la pérdida definitiva de Alto-Karabaj, esta doctrina aspira a pasar página de las reivindicaciones territoriales para recentrar al país en la modernización económica y social.

Según la opinión del primer ministro, la Iglesia, demasiado apegada a la memoria de Nagorno-Karabaj y al concepto de "Gran Armenia" —una visión que engloba los territorios históricos hoy bajo control turco o azerbaiyano—, representa un obstáculo para esta reorientación estratégica.

En cualquier caso, la acusación del primer ministro ha suscitado una ola de indignación entre la oposición política y la sociedad civil. Vartan Oskanian, exministro de Asuntos Exteriores, ha denunciado una "campaña retórica reprensible" que, en su opinión, tiene como objetivo complacer a Azerbaiyán y a Turquía, aliada de Bakú. En el Parlamento, un partido de la oposición acusó al gobierno de avivar las divisiones internas y socavar los fundamentos espirituales de la nación.

Consciente de los retos que plantea su proyecto, Nikol Pashinyan declaró que este se "pondrá a prueba" en las elecciones legislativas de 2026. Al atacar a una institución tan poderosa como la Iglesia Apostólica, asume un riesgo político importante en un país donde la religión y la identidad nacional están indisolublemente unidas.

En esta apuesta a doble o nada, la Iglesia Apostólica también tiene mucho que perder: la independencia de la Iglesia romana —esa Iglesia católica gracias a la cual tantas Iglesias locales logran sobrevivir— tiene un precio, y la nebulosa ortodoxa, más dividida que nunca, lo está pagando cada vez más caro. ¿Será este un medio providencial para que vuelva su mirada hacia Roma?