"Así fue como impedimos la ordenación de una mujer"

Fuente: FSSPX Actualidad

El título anterior es una frase extraída de una conferencia pronunciada por el cardenal Sarah en Draguignan el 18 de septiembre. Fue invitado por el obispo local, monseñor Dominique Rey, para una visita de dos días.

El cardenal Robert Sarah, exprefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, cargo que desempeñó hasta febrero de 2021, tituló sus palabras: "El futuro de la Iglesia en Europa".

Esta conferencia, que tiene una transcripción de ocho páginas, trata sobre la crisis de la fe, pero también de la desviación del mensaje de la Iglesia. El prelado señala: "Pasamos mucho tiempo hablando de la homosexualidad, la recepción de los migrantes, el diálogo, la apertura, el medio ambiente, las cuestiones socioeconómicas, la política. De esta manera, se organiza toda una estrategia de presión para cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre el celibato y la moral sexual".

Luego aborda el tema del rechazo de Dios, especialmente en Occidente y sus leyes. Se lamenta por la crisis del sacerdocio -pero acusa a la crisis de abusos- y por la destrucción de la familia, antes de abordar la teoría de género.

Ofrece una reflexión muy relevante sobre este tema: "Si bien se está luchando en todas partes contra la mutilación genital aplicada de manera inhumana en ciertos países, conjuntamente se legaliza en Occidente la mutilación de personas que quieren cambiar de sexo".

Las personas transgénero ya están en los seminarios

El cardenal Sarah relata con toda libertad un caso al que se enfrentó como prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Un obispo francés se puso en contacto con él y le explicó que tenía un asunto sumamente delicado entre manos.

El caso en cuestión era sobre una mujer que tras once años de matrimonio decidió convertirse en hombre. Se sometió a las cirugías, y el archivo especifica: un seno, luego el otro, luego el útero. Finalmente tiene una apariencia masculina, una transformación sancionada por la ley.

Posteriormente, decidió ingresar al seminario. ¿Qué hizo el obispo? El alto prelado asume con gran indulgencia que puede ser que no haya revisado el caso... Es de suponer que nadie lo revisó entonces.

El obispo "ordenó" a esta mujer al diaconado, y luego se jubiló. Su sucesor descubrió el expediente, tres meses antes de la fecha de la ordenación sacerdotal y consultó al cardenal Sarah quien le ordenó cancelar todo y despedir a esta mujer que no era diácono, concluyó.

Sería bueno saber si la acción del obispo que sabía que no había leído tal expediente, o que lo hizo y recibió a una mujer en su seminario, ordenándola luego al diaconado, fue intencional. Suponemos que es legítimo plantear estas preguntas. Como mínimo, el director del seminario debe saber algo.

En otro caso, esta vez sobre el sacramento de la confirmación, un obispo lo consultó y le explicó que una niña de 13 años que se preparaba para recibir la confirmación había decidido convertirse en niño. Ya había comenzado el tratamiento con el consentimiento de sus padres. El obispo preguntó: "¿Debo confirmar a una mujer o a un hombre?"

El cardenal respondió que ese deseo era un pecado, una rebelión contra Dios, como un reproche al Creador por haber hecho mal al crearla como mujer. Y concluyó: "No confirme a esa persona, a menos que la convenza de que siga siendo niña".

¿Cuántos otros casos de este tipo es probable que encontremos?