Asia Bibi por fin rompe el silencio

Fuente: FSSPX Actualidad

Asia Bibi ha estado viviendo en Canadá desde su liberación, en un lugar secreto, por temor a las represalias de los musulmanes fundamentalistas. Esta mujer católica, que pasó años en el corredor de la muerte después de un cargo de "blasfemia contra el islam", habló por primera vez, el 31 de agosto de 2019, sobre las condiciones de su detención.

En su primera entrevista concedida a un periódico, Asia Bibi contó al Sunday Telegraph su grado de consternación después de su sentencia de muerte: "A veces me desanimaba y me preguntaba si saldría de la cárcel o no, qué pasaría después, si me quedaría allí toda mi vida", explicó.

Pero nunca mostró su tristeza frente a sus familiares: "cuando mis hijas me visitaban en prisión, nunca lloré frente a ellas, pero después de su partida, lloraba sola, llena de dolor y pena".

Asia Bibi habla de su dolor por tener que abandonar su tierra natal, y expresa su deseo de abandonar el continente americano para establecerse en un país europeo.

Según el Departamento de Estado de los Estados Unidos, hay al menos otras 77 personas detenidas en Pakistán bajo las leyes de blasfemia. Teóricamente, los cargos pueden conllevar la pena de muerte, pero no es necesario que un funcionario estatal haga cumplir esta pena, ya que los juicios a menudo terminan en un linchamiento colectivo.

Uno de los diplomáticos europeos que ayudó a negociar la salida de Asia Bibi de Pakistán, el eslovaco Jan Figel, escribió en las columnas del Sunday Telegraph sobre esta "mujer admirablemente valiente, una madre amorosa que se negó a renunciar a su fe cristiana a cambio de la libertad inmediata", como podría haberlo hecho hecho a través de la apostasía. Pero la fe prevaleció.