Benedicto XVI hace su reaparición literaria

Es muy probable que esta noticia no encuentre una respuesta favorable en la prensa progresista. Se trata de una acusación real publicada a finales del verano de 2021, mientras el Parlamento Europeo exige el reconocimiento del "matrimonio para todos" en los países de la Unión.

En su última obra, La Vera Europa Identita e Missione -La Verdadera Europa, Identidad y Misión (no traducida hasta la fecha)- el ex pontífice romano no se anda con rodeos al evocar los males que afectan al Viejo Continente.

En particular, la desviación del "matrimonio para todos": "el concepto de 'matrimonio homosexual' está en contradicción con todas las civilizaciones que se han sucedido hasta ahora, y por lo tanto significa una revolución cultural que se opone a toda la tradición de la humanidad hasta la fecha", explica en su libro.

Esta "certeza original que ha sido evidente para la humanidad", según Benedicto XVI, se vio socavada con la introducción de la píldora anticonceptiva que allanó el camino para la "separación entre fertilidad y sexualidad". A partir de ese momento, todas las formas de sexualidad se volvieron "equivalentes": "ya no hay ningún criterio sustantivo", señala el Papa Emérito.

Una observación clara y correcta, aunque incompleta, pues es necesario subrayar hasta qué punto el Concilio Vaticano II, al acompañar, en nombre de un aggiornamento irénico, el movimiento de secularización en marcha en los años cincuenta y sesenta, aceleró este colapso ético, del cual hoy lamentamos resultados.

Este libro de 264 páginas es, de hecho, el tercer volumen de un proyecto editorial que reúne una selección de textos de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, con la adición de un texto inédito, escrito en abril de 2021, titulado "Dar cuenta a Dios de la tarea que nos ha sido confiada para el hombre".

Este libro debería considerarse el último y sincero llamamiento a Europa, para redescubrir y reafirmar su origen y su verdadera identidad que la han convertido en una gran civilización y un modelo de belleza y humanidad.

Para evitar cualquier ambigüedad, el Papa actual insistió en firmar personalmente el prefacio adjunto a la obra de su predecesor:

"Con la claridad, la accesibilidad inmediata y al mismo tiempo la profundidad que le son propias, el Papa Emérito esboza aquí magníficamente esta 'noción de Europa' que sin duda inspiró a sus padres fundadores y que es la base de su grandeza, y cuyo oscurecimiento permanente significaría su declive global e irreversible", escribe el actual pontífice romano.

Y Francisco añade: "A lo largo de los años, Benedicto XVI no ha tenido miedo de denunciar con gran valentía y discernimiento las múltiples manifestaciones de esta dramática renuncia a la noción de creación, hasta las últimas consecuencias actuales". Un homenaje respaldado por un Papa que difícilmente hace prevalecer la doctrina por encima de la dimensión pastoral del "¿quién soy yo para juzgar?"

Por otra parte, en el avión que lo llevó de regreso de Eslovaquia, el pasado 15 de septiembre, el Papa Francisco volvió a retomar la cuestión, afirmando que si, por un lado, "el matrimonio como sacramento es entre un hombre y una mujer", sin embargo, cuando "dos homosexuales quieren pasar su vida juntos, los Estados tienen posibilidad de civilmente apoyarles, con el tema de la salud, de la herencia".

Y concluyó diciendo: "hay que respetar a todos, pero no se puede hacer que la Iglesia reniegue de su verdad". El leopardo no puede cambiar sus manchas...