En Bruselas, el Nacimiento es considerado "ofensivo"

Fuente: FSSPX Actualidad

Le Parlement européen, siège bruxellois

Una vez más, el Parlamento Europeo se negó a colocar un Nacimiento en su sede de Bruselas con motivo de la Navidad. A la eurodiputada que lo solicitó este año, se le comunicó que el pesebre del Señor podría ser considerado de naturaleza "ofensiva".

Todo empezó el año pasado, cuando la eurodiputada Isabel Benjumea, del Partido Popular (PP), pasó su primera Navidad parlamentaria en Bruselas. Sorprendida al no encontrar ni un solo Nacimiento en todo el edificio, decidió ponerse en contacto con la oficina del presidente del Parlamento, David Sassoli.

Pero esta situación puso a prueba su paciencia: "después de meses sin recibir respuesta, me escribieron, hace apenas unas semanas, para comunicarme que la decisión no dependía del presidente, sino de los cuestores", explicó Isabel Benjumea, en un video compartido por la delegación española del PP.

Cansados de la tenacidad de la parlamentaria, la administración le hizo saber que es imposible colocar un Nacimiento en los edificios, porque se trata de una "exposición religiosa", que además podría resultar "ofensiva".

"¿Acaso resulta ofensivo entrar al Museo del Prado y ver las maravillosas obras de Fra Angélico, Caravaggio o Velázquez, que a menudo evocan la Anunciación, la Adoración de los Magos o la Natividad? ¿Es ofensivo recordar a los europeos que lo que se celebra el 25 de diciembre es el nacimiento de Jesús de Nazaret?", se preguntaba la eurodiputada, visiblemente molesta por haber recibido una negativa de esa índole.

"La institución no debe caer en la trampa de considerar ofensiva la conmemoración de la Navidad: lo que celebramos es el nacimiento del cristianismo", explicó Isabel Benjumea, quien vio en esta negativa una capitulación política.

Una vez más, precisó, caemos "en la trampa que la izquierda nos tiende constantemente: sentirse ofendida en cuanto reivindicamos algo tan simple como el patrimonio histórico de Europa".

Este año, nuevamente, el Parlamento Europeo ha demostrado hasta qué punto rechaza el pasado de Europa, sus raíces cristianas y sus valores universales, encerrándose en un sectarismo que no tiene nada que envidiar a los antepasados, como Voltaire, ​​cuyo lema era: "Aplastad a la infame".