Camerún: la muerte del obispo Jean-Marie Benoît Bala sigue siendo un misterio

Monseñor Jean-Marie Benoît Bala en 2016.
Tan sólo tres semanas después de su entierro, en la catedral de San Sebastián, rociaron con sangre la tumba del ex obispo de la diócesis de Bafia, al centro de Camerún.
La policía camerunesa también encontró sangre en los escalones que conducen al trono del obispo y sobre la mesa donde se encuentra el libro de visitas. Actualmente, la policía investiga si se trata de un ritual animista.
Según informan algunos habitantes de la ciudad, podría tratarse de un sacrificio realizado durante la noche del 27 al 28 de agosto. El procurador de la República y la policía forense se reunieron en la escena, desde donde se enviaron las pruebas del delito a Yaoundé, capital del país, para ser analizadas.
La catedral se mantuvo cerrada tras este acto de profanación, y las misas se celebrarán, hasta nuevo aviso, en otro lugar de culto.
Este nuevo y preocupante evento no aclara en nada el misterio que rodea la muerte del prelado camerunés. Ni tampoco pone fin a las especulaciones sobre las circunstancias de lo que muchos consideran, sin lugar a dudas, como un asesinato, empezando por la Conferencia Episcopal de Camerún, que afirmó su certeza, el 13 de junio del 2017, al inicio de su asamblea plenaria, de que el prelado había sido asesinado. Por su parte, las autoridades legales de Camerún siguen sosteniendo la tésis de suicidio por ahogamiento, basándose en la autopsia que reveló "la ausencia de cualquier tipo de violencia en el cuerpo del difunto."
Las autoridades camerunesas también se encuentran investigando las circunstancias de la muerte del rector del seminario menor de Bafia, el Padre Armel Djama, fallecido 10 días antes que Monseñor Jean-Marie Bala, en condiciones igualmente problemáticas.
En el transcurso de los últimos treinta años, un gran número de prelados, sacerdotes y personas consagradas han sido asesinados en circunstancias misteriosas.
El pasado mes de junio, los obispos de Camerún recordaron la memoria de Monseñor Yves Plumey, arzobispo emérito de Garoua, quien fue asesinado en Ngaoundéré, en 1991, del Padre Joseph Mbassi, muerto en Yaoundé, en 1998, del Padre Antony Fontegh, asesinado en Kumbo, en 1990, de las Hermanas de Djoum, asesinadas en 1992, así como del Padre Engelbert Mveng, asesinado en Yaoundé, en 1995. Según reporta el corresponsal de cath.ch en África, los prelados cameruneses tienen "la impresión de que el clero de Camerún está siendo particularmente perseguido por las fuerzas obscuras y diabólicas."
Fuentes: cath.ch/La Croix/radiovatican - FSSPX.Actualités - 07/09/17