Canadá: el Papa Francisco en “peregrinación penitencial” (24-30 de julio de 2022) (1)

Fuente: FSSPX Actualidad

Los mártires jesuitas canadienses

Después del Ángelus del domingo 17 de julio de 2022, ante 12,000 fieles reunidos en la plaza de San Pedro, el soberano pontífice dio a conocer el sentido de su viaje apostólico a Canadá: "Iré entre ustedes, en el nombre de Jesús, particularmente para conocer y abrazar a los pueblos indígenas".

Porque "lamentablemente, en Canadá, muchos cristianos, incluidos algunos miembros de institutos religiosos, contribuyeron a las políticas de asimilación cultural, que en el pasado perjudicaron gravemente a las comunidades indígenas".

Y aclaró: "Me estoy preparando para hacer una peregrinación penitencial que, espero, con la gracia de Dios, podrá contribuir al camino de sanación y reconciliación ya emprendido".

Una "peregrinación penitencial"

Del 24 al 30 de julio, este 37° viaje apostólico, organizado teniendo en cuenta las dificultades para caminar del Papa Francisco, lo llevó a Alberta, a Edmonton y Maskwacis, luego a Quebec, y finalmente a Iqaluit, capital del territorio inuit, Nunavut.

Su primer discurso fue a los pueblos indígenas de Canadá, el 25 de julio, en el cementerio del antiguo internado para niños autóctonos en Maskwacis, Alberta, a 70 km de Edmonton: "Estaba esperando para venir entre ustedes. Es desde aquí, desde este lugar tristemente evocador, que quisiera iniciar lo que tengo en el alma: una peregrinación penitencial".

"He venido a sus tierras natales para decirles personalmente lo afligido que estoy, para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación, para manifestarles mi cercanía, para orar con ustedes y por ustedes. Recuerdo las reuniones que tuve en Roma hace cuatro meses.

"En ese momento me entregaron en prenda dos pares de mocasines, signo del sufrimiento padecido por los niños indígenas, en particular por los que lamentablemente no volvieron más a casa de los internados. Me pidieron que devolviera los mocasines cuando llegara a Canadá; los he traído y lo haré al finalizar este discurso".

Ese mismo día, Francisco continuó su mea culpa [que era principalmente un mea culpa sobre el pecho de los misioneros que lo precedieron] en la iglesia del Sagrado Corazón, en Edmonton: "No debemos olvidar que también en la Iglesia, al trigo bueno se mezcla la cizaña.

"Y precisamente a causa de esta cizaña he querido emprender esta peregrinación penitencial,  y comenzar esta mañana recordando el mal sufrido por los pueblos indígenas de parte de tantos cristianos y pidiendo perdón con dolor.

"Me apena pensar que algunos católicos hayan contribuido a las políticas de asimilación y desvinculación que transmitían un sentido de inferioridad, sustrayendo a comunidades y personas sus identidades culturales y espirituales, cortando sus raíces y alimentando actitudes prejuiciosas y discriminatorias, y que eso también se haya hecho en nombre de una educación que se suponía cristiana".

El 27 de julio de 2022, al salir del aeropuerto de Quebec, el Santo Padre fue recibido por cientos de quebequenses apostados a lo largo de las carreteras al paso del coche papal. Un recibimiento que contrastó con la reserva desplegada en la provincia de Alberta, en la primera parte del viaje.

En la Ciudadela de Quebec, donde fue recibido por la gobernadora general de Quebec, Mary Simon, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el Papa se dirigió a las autoridades civiles, a los representantes de los pueblos indígenas y al cuerpo diplomático: "Es necesario recordar cómo las políticas de asimilación y emancipación, que incluyeron también el sistema de escuelas residenciales, destruyeron un gran número de familias autóctonas, su lengua, su cultura y su visión del mundo.

"En ese deplorable sistema promovido por las autoridades gubernamentales de la época, que separó a tantos niños de sus familias, estuvieron involucradas varias instituciones católicas locales, por lo que expreso vergüenza y dolor y, junto con los obispos de este país, renuevo mi petición de perdón por el mal que tantos cristianos cometieron contra los pueblos indígenas. Por todo esto, pido perdón.

"Si en su momento la mentalidad colonialista se desentendió de la vida concreta de los pueblos, imponiendo modelos culturales preestablecidos, tampoco faltan hoy colonizaciones ideológicas que contrastan la realidad de la existencia y que sofocan el apego natural a los valores de los pueblos, intentando desarraigar sus tradiciones, su historia y sus vínculos religiosos.

"Se trata de una mentalidad que, presumiendo de haber superado 'las oscuras páginas de la historia', da cabida a la así llamada cultura de la cancelación, que juzga el pasado sólo en función de ciertas categorías actuales.

"Así se implanta una moda cultural que estandariza, que vuelve todo igual, que no tolera las diferencias y se centra sólo en el momento presente, en las necesidades y los derechos de los individuos, descuidando a menudo los deberes hacia los más débiles y frágiles; los pobres, los emigrantes, los mayores, los enfermos, los no nacidos...

"Son ellos los olvidados por las sociedades del bienestar; son ellos los que, en la indiferencia general, son descartados como hojas secas para ser quemadas".

La misa de reconciliación, celebrada por el Papa el 28 de julio de 2022 en el santuario de Santa Ana de Beaupré, en Quebec, se dirigió resueltamente a los pueblos indígenas. Mientras que el 70% de los lugares estaban reservados para ellos, muchos expresaron sus heridas y sus grandes expectativas de la Iglesia y el Papa.

Pero, entre las 2,000 personas que asistieron, Elmer St. Pierre, líder nacional del Congreso de Pueblos Aborígenes (CPA), hizo frente a las críticas habituales. "Desde el inicio del viaje, el Papa ha pedido perdón, lo hizo en Edmonton, en Quebec", protestó. "No fue la Iglesia católica la que causó todo esto, fue nuestro gobierno de Canadá".

Elmer St. Pierre lo repitió con convicción: "La Iglesia no decidió suprimir la herencia de los indígenas, su lengua, ni cortarles el cabello, ni hacerlos niños blancos. Los sacerdotes, las religiosas actuaron, pero si el gobierno no hubiera organizado esto, nunca hubiera sucedido. Fue el gobierno el que iba a los pueblos a llevarse a los niños".

Breve recordatorio histórico de la evangelización de los indígenas

En 1610, el jefe Mawpiltu –o Membertou– del pueblo Micmac, fue bautizado con 21 miembros de su familia por el Padre Jessé Fléché. El primer nativo bautizado en América del Norte tomó el nombre de Enrique en honor al rey Enrique IV, quien había sido asesinado en París un mes antes. En 1620, los sacerdotes recoletos abrieron los primeros internados para jóvenes indios.

Luego, en 1634, los jesuitas tomaron el relevo de los recoletos estableciendo misiones entre los hurones, un pueblo diezmado por una epidemia de viruela. Varios miembros de la Compañía de Jesús fueron martirizados junto a los hurones, atacados por los iroqueses. Las crónicas Relations des Jésuites, así como las del Padre Jean de Brébeuf, constituyen los primeros estudios lingüísticos y antropológicos sobre las naciones aborígenes.

Martirizado por los iroqueses el 16 de marzo de 1649, este sacerdote jesuita francés, misionero en la Nueva Francia, fue canonizado en 1930. En 1665, nació Kateri Tekakwitha, la primera santa aborigen de Canadá.

En los años que precedieron a la publicación de la Ley sobre los Indígenas en 1876, el gobierno federal y los gobiernos provinciales de Canadá encargaron a la Iglesia católica el establecimiento de internados para los indígenas en el Oeste del país, financiando la instalación y mantenimiento de los establecimientos.

A la Iglesia -diócesis o comunidades católicas- se le confiaron 68 internados de los 139 establecidos por el gobierno, es decir, el 49% de los establecimientos autorizados. También había algunos establecimientos no convencionales.

La Ley sobre los Indígenas tenía como objetivo homogeneizar una población de diversos orígenes y asimilar a sus miembros en la sociedad no aborigen. Prohibía a las personas y comunidades de las Primeras Naciones expresar su identidad a través de actividades relacionadas con su cultura o gobierno. Dicha ley fue enmendada en varias ocasiones. "Primeras Naciones" es el término utilizado para referirse a los pueblos aborígenes de Canadá que no son métis o inuit.

En 1892, el gobierno canadiense confió el internado de Kamloops a los Oblatos de María Inmaculada. El año 1912 fue testigo de la llegada de los Oblatos a la Bahía de Hudson y el comienzo de la evangelización de los inuit. Abrieron un hospital y una escuela residencial. En 1943 Pío XII declaró venerable a Kateri Tekakwitha.

Continuará...